La fiebre yanqui invade nuestras carreteras: Conducir a la americana se pone de moda en España

La última moda en las carreteras españolas no es llevar gafas de sol de espejo o poner reggaetón a todo volumen. No, señores. La nueva tendencia que está arrasando entre los conductores patrios es nada más y nada menos que… ¡conducir a la americana!

El fenómeno que cruza el charco

Imagínense la escena: vas por la A-6 y de repente te adelanta un Seat Ibiza con el conductor agarrando el volante con una sola mano, el codo apoyado en la ventanilla y masticando un palillo. No, no es que se haya equivocado de continente, es que está practicando el «american style» de conducción.

¿Qué opina el experto?

El experto en motor y tráfico, Juan Piñón, explica este curioso fenómeno:

«Es como si de repente todos quisieran ser Steve McQueen en ‘Bullitt’, pero con un Dacia Sandero. La gente está harta de conducir como si fueran a un funeral y quieren sentir la emoción de las películas americanas. Eso sí, que no se les ocurra hacer persecuciones por el centro de Madrid, que la M-30 no es San Francisco«.

Ventajas e inconvenientes

Pros:

• Te sientes como en una peli de Hollywood
• Impresionas a tu cuñado en las reuniones familiares
• Puedes decir «yihaa» sin que te miren raro

Contras:

• La DGT no está muy contenta con la idea
• Tu fisioterapeuta te odiará por la postura
• Es difícil comer un bocadillo de calamares con una sola mano.

Consejos para novatos:

• Practica primero en un parking vacío. No queremos que acabes confundiendo la rotonda de la Cibeles con Times Square.
• Invierte en un buen ambientador con aroma a hamburguesa. La experiencia debe ser completa.
• Recuerda que en España seguimos conduciendo por la derecha. No te emociones tanto que acabes en sentido contrario.

En fin, queridos conductores, ya lo sabéis. Si veis a alguien conduciendo como si estuviera en la Ruta 66 pero está en la Nacional IV, no os alarméis.
Simplemente se está sumando a la última moda automovilística. Eso sí, recordad: por mucho que os sintáis en una película americana, aquí seguimos teniendo radares, y la Guardia Civil no acepta dólares para las multas.