Trump anuncia que este lunes telefoneará a Putin para parar de una vez el ‘baño de sangre’ entre Ucrania y Rusia

la cosa parece ir en serio.

Donald Trump ha anunciado este sábado 17 de mayo de 2025 que mantendrá una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, este lunes 19 de mayo, con el objetivo de poner fin al «baño de sangre» que se sufre en Ucrania desde hace más de tres años.

Tras hablar con Putin, el presidente de Estados Unidos también tiene previsto comunicarse con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, y con varios líderes de la OTAN para coordinar esfuerzos diplomáticos.

«Esperemos que sea un día productivo, que se logre un cese del fuego y que esta guerra tan violenta, una guerra que nunca debió ocurrir, llegue a su fin», escribió Trump en su red social Truth Social. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ya ha confirmado que se están realizando los preparativos para esta llamada, según informaron medios rusos.

Un nuevo intento tras el fracaso en Estambul

La iniciativa de Trump llega apenas un día después de que las primeras negociaciones directas entre Moscú y Kiev en más de tres años de guerra, celebradas en Estambul, no lograran avances significativos hacia un alto el fuego. El único resultado concreto de ese encuentro fue un acuerdo para el intercambio de prisioneros, mientras que la prioridad ucraniana de lograr un cese de hostilidades quedó sin resolver.

El fracaso de estas conversaciones evidenció las profundas diferencias entre ambas partes. Putin había rechazado previamente la oferta del presidente Zelenskyy de reunirse cara a cara en Turquía, a pesar de que el propio mandatario ruso había propuesto negociaciones directas —aunque no a nivel presidencial— como alternativa a un cese del fuego de 30 días instado por Ucrania y sus aliados occidentales, incluido Estados Unidos.

La administración Trump ha estado presionando a Rusia para que acepte un cese al fuego incondicional de 30 días. «Estados Unidos quiere lograr un final duradero de la guerra entre Rusia y Ucrania», declaró Tammy Bruce, portavoz del secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, quien añadió que «el plan de paz propuesto por Estados Unidos define la mejor manera de avanzar».

La dramática situación en el frente de batalla

Mientras los esfuerzos diplomáticos continúan, la situación en el terreno sigue siendo extremadamente grave. Según Trump, la guerra está causando «en promedio, más de 5.000 bajas entre soldados rusos y ucranianos a la semana», una cifra devastadora que subraya la urgencia de alcanzar un alto el fuego.

El conflicto ha experimentado una intensificación significativa desde mayo de 2024, cuando Rusia abrió un nuevo frente en la región de Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania. Tras intensos bombardeos sobre la ciudad y ataques a la red energética ucraniana, las fuerzas rusas avanzaron en los óblasts de Lugansk, Donetsk y Járkov. Aunque a finales de mayo de 2024 el avance ruso se estabilizó, la situación sigue siendo precaria para las fuerzas ucranianas.

Además, los ataques contra civiles continúan. Justo el mismo día del anuncio de Trump, Moscú lanzó un ataque con drones contra un autobús en la región ucraniana de Sumi, al noreste del país, que dejó al menos nueve muertos y siete heridos, todos ellos civiles. Entre los fallecidos había tres miembros de una misma familia: padre, madre e hija, según denunció el presidente Zelenskyy.

Las razones del Kremlin para prolongar el conflicto

El Kremlin ha mostrado poco interés en negociaciones que no satisfagan sus objetivos territoriales y geopolíticos. El pasado 12 de mayo, Rusia rechazó la propuesta de una tregua de 30 días apoyada por Ucrania, líderes europeos y el propio Trump. Moscú insistió en negociar sin pausar las hostilidades, una posición que refleja su estrategia de mantener la presión militar mientras dialoga.

Los analistas señalan que Putin podría estar extendiendo deliberadamente el conflicto por varias razones estratégicas. Por un lado, el tiempo juega a favor de Rusia en términos de recursos y capacidad industrial militar. Por otro, el Kremlin podría estar esperando cambios en el apoyo occidental a Ucrania, especialmente considerando las tensiones internas en Europa y Estados Unidos respecto al costo y duración del respaldo militar.

Además, la postura del Kremlin sobre posibles negociaciones de paz es clara: una reunión entre Putin y Zelenskyy «será posible solo si ambas partes alcanzan antes un acuerdo», lo que en la práctica significa que Ucrania tendría que aceptar condiciones previas, probablemente relacionadas con concesiones territoriales.

La estrategia de Trump y las perspectivas de paz

Trump ha adoptado un enfoque más directo que su predecesor en la Casa Blanca, presionando tanto a Rusia como a Ucrania para alcanzar un acuerdo. La semana pasada, el mandatario estadounidense instó públicamente a Ucrania a aceptar la propuesta rusa de mantener conversaciones directas, escribiendo en redes sociales que Kiev debería aceptar la oferta de Putin «de forma inmediata».

«Al menos podrán determinar si es posible llegar a un acuerdo, y si no lo es, los líderes europeos y Estados Unidos sabrán la situación y podrán proceder en consecuencia», argumentó Trump, añadiendo enfáticamente: «¡¡¡REUNIÓN YA!!!».

La llamada del lunes representa un intento de Trump de posicionarse como mediador clave en el conflicto, utilizando su relación personal con Putin como posible vía para avanzar hacia la paz. Sin embargo, los expertos advierten que las diferencias fundamentales entre las posiciones de Moscú y Kiev hacen que cualquier acuerdo a corto plazo sea extremadamente difícil.

Ucrania insiste en la integridad territorial y la retirada de las tropas rusas, mientras que Rusia busca el reconocimiento de sus anexiones territoriales y garantías de que Ucrania no se unirá a la OTAN. Reconciliar estas posiciones requerirá concesiones significativas de ambas partes.

La respuesta internacional y el papel de Europa

Los aliados europeos de Ucrania han reafirmado su apoyo al país invadido. El Reino Unido, por ejemplo, ha anunciado «el mayor aumento en su gasto de defensa desde el final de la Guerra Fría», mientras que Francia y Alemania han expresado su compromiso de rediseñar completamente sus políticas energéticas para reducir la dependencia de Rusia.

La Unión Europea también ha mantenido su postura de que «solo habrá una paz justa y duradera en Ucrania si sus amigos son fuertes». Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, reunidos recientemente en Varsovia, reiteraron la necesidad de «aumentar el apoyo a Ucrania y aumentar la presión sobre el Kremlin con sanciones».

Hoy, 18 de mayo de 2025, mientras el mundo espera con expectación la llamada de mañana entre Trump y Putin, la guerra continúa cobrando vidas. La comunidad internacional observa con cautela si esta iniciativa diplomática podrá finalmente abrir un camino hacia la paz o si será un intento más en una larga lista de esfuerzos fallidos por detener un conflicto que ha causado cientos de miles de víctimas y ha redibujado el mapa geopolítico de Europa.

La llamada de Trump representa quizás la mejor oportunidad en meses para un avance diplomático, pero el camino hacia una paz duradera sigue plagado de obstáculos. El éxito dependerá no solo de la habilidad negociadora del presidente estadounidense, sino también de la voluntad real de Putin para poner fin a una guerra que él mismo inició y que ha utilizado para fortalecer su posición tanto dentro como fuera de Rusia.