El Papa critica que el sacerdocio se emplee para tener más poder y recuerda que supone el compromiso de vencer el pecado

El Papa Benedicto XVI afirmó hoy que el sacerdote que aspira a «aumentar su propio prestigio personal y su propio poder» tergiversa el sentido del sacerdocio, con motivo de la ordenación sacerdotal de 14 diáconos de la diócesis de Roma, que esta mañana se celebró en la Basílica de San Pedro, a los que recordó que se han comprometido a «vencer el pecado que obstaculiza el camino a Dios».

«Quien sobre todo quiere realizar una ambición propia, alcanzar un propio éxito, será siempre esclavo de sí mismo y de la opinión pública», aseguró el Santo Padre, puesto que «deberá adular y «adaptarse al cambio de las modas y de las opiniones», lo que le llevará a «condenar mañana lo que habrá alabado hoy» para lograr ser considerado.

Para el Pontífice, el sacerdote debe ser un «instrumento» de la cercanía del amor de Dios al hombre, por lo que el sacerdocio «no puede nunca suponer un modo para alcanzar la seguridad en la vida o para garantizarse una posición social». Por ello, consideró que quien así orienta su vida es que «no ama verdaderamente a Dios y a los demás, sino sólo a sí mismo».

En este sentido, recordó que «el sacerdocio se funda en el valor de decir sí a otra voluntad», la de Dios, y confió en que los recien ordenados sacerdotes den «frutos abundantes de santidad y de bien». «¡La Iglesia cuenta con vosotros!», exclamó el Papa.