La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a R.C.M. a tres años de libertad con la obligación de someterse a tratamiento médico externo y control médico periódico, por un delito de homicidio por omisión al desatender a su madre enferma hasta que esta falleció finalmente en 2008.
La sentencia recoge que la acusada vivía con su madre en Telde (Gran Canaria) desde 2005 y que durante este tiempo tanto su padre (exmarido de la madre) como su hermano daban 1.200 euros mensuales para que cuidara a la mujer.
LE DABA EL DINERO A UNA AMIGA NECESITADA
Sin embargo, R.C.M. entregaba el dinero a una amiga, que ella estimaba que estaba necesitada, sin que los invirtiera en su sustento ni en el de su madre. Además la acusada no limpiaba la casa y acumulaba cada vez más basura.
Por otro lado, si bien la acusada hacía la comida y se la daba a su madre, no se preocupaba por si ésta realmente comía o no, sabiendo en todo momento que su madre estaba sometida a una fuerte depresión y que vomitaba la comida que ingería.
Asimismo, R.C.M. no se preocupaba por limpiar y lavar a su madre, quien se negaba de levantarse de la cama.
NO SOLICITÓ AYUDA
Ante esta situación que se alargó durante años, la acusada, no solicitó ayuda a ningún asistente social, ni médico, siendo consciente en todo momento que efectivamente su madre se encontraba en mal estado.
Tampoco permitió que su hermano, que iba por la mañana temprano a ver a su madre, subiera a la casa a verla, diciendo que dormía y era mejor no molestarla, impidiendo que éste pudiera conocer la situación en la que se encontraba la vivienda y su madre.
El día 21 de octubre de 2008, la mujer sí procedió a llamar a su padre para contarle la situación extrema en la que se encontraba su madre, reconociendo que estaba muy mal.
DESNUTRIDA
El hombre, tras llegar a la casa y ver la situación en la que se encontraba ésta y su exmujer, procedió de inmediato a llamar a la ambulancia, sin que los médicos pudieran hacer nada por la vida de la madre, que falleció el 21 de octubre de 2008 como consecuencia de la falta de cuidados y la desnutrición a la que había sido sometida que le produjo un fracaso multiorgánico.
Finalmente, la sentencia matiza que la acusada, durante el tiempo que se hizo cargo de su madre, tenía alteradas y disminuidas sus capacidades volitivas, pero no las intelectivas, las cuales mantenía en perfecto estado.
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