En menos de dos años el corresponsal de ABC en Londres, Luis Ventoso (La Coruña, 1964) habrá tenido que arremangarse para cubrir dos referéndums: el escocés en septiembre de 2014 y el que se llevará a cabo el 23 de junio 2016 para decidir la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
Ex director de Diario 16 y director adjunto de La Voz de Galicia, Ventoso habla con Periodista Digital sobre los peligros del ‘Brexit’. El que fuera también adjunto al director de ABC coincide con los ex primeros ministros Tony Blair y John Major quienes advierten que el Brexit es como una bomba de relojería que amenazaría la propia unidad del Reino Unido.
P: ¿Esconde el debate del ‘Brexit’ una lucha de poder por el control futuro del partido Tory?
R: La convocatoria del referéndum la hizo Cameron en 2013, en mi modesta opinión temerariamente, con el doble objetivo de cortar la crecida electoral del partido populista eurófobo UKIP y zanjar para siempre la herida europea en el seno de su partido, que databa de los días en que el premier John Major firmó el tratado de Maastricht. Pero la campaña está mostrando que más que cerrar las fisuras de los tories les ha echado más sal. Boris Johnson se ha convertido en líder de la campaña ‘Leave’, con el ánimo claro de posicionarse de cara a la sucesión frente a George Osborne, el ministro de Economía, un técnico serio que es amigo personal de Cameron.

P: ¿Qué papel está jugando cada líder: Boris Johnson, Alan Johnson y David Cameron? ¿Pondrías a alguien más en esta lista?
R: A Boris Johnson ya lo apodan en la prensa «La ambición rubia», como a Madonna. Alan Johnson es nominalmente uno de los líderes de la campaña Remain, pero está pasando totalmente desapercibido, como todo el laborismo, pues el debate se ha convertido en gran medida en la pelea de los tories, el psicodrama de la familia conservadora. Cameron se ha jugado por segunda vez el futuro de su país a cara o cruz (la anterior fue el referéndum escocés, que le salió bien).
Su situación es singular. Si gana el referéndum será el premier de más éxito de la posguerra, pues podrá esgrimir dos victorias en referéndums cruciales y haber logrado dos victorias electorales, además con la primera mayoría absoluta de los conservadores desde 1992. Pero si pierde, lo forzarán a dejar el Número 10 de Downing Street, aunque ha dicho que quiere seguir siendo primer ministro incluso si se impone el Brexit.
¿Y por el barrio de los laboristas qué se respira? Ventoso lo escribió este 14 de junio 2016 en ABC. Uno de los problemas de la campaña de la permanencia es que le está fallando uno de sus sostenes, el Partido Laborista, a medio gas. Su líder, Jeremy Corbyn, que en 1975 votó «no» en el referéndum sobre el Mercado Común, tiene alma euroescéptica.
Públicamente asegura que apoya a «Remain», pero su campaña está resultando abúlica, tal vez porque lo obliga a ser compañero de viaje de sus denostados Cameron y Osborne. Para intentar espabilar, los laboristas han recurrido al ex primer ministro Gordon Brown, de 65 años. El político escocés es un hombre de aire áspero, que intrigó para relevar a Blair con un golpe palaciego, pero que cuando se enfrentó al dictamen de las urnas cayó ante un joven Cameron.
Los laboristas se quejan de que las televisiones prestan poca atención a sus actos. Lo cierto es que la guerra en la familia conservadora, espectacular, concita casi toda la cobertura, con Cameron y Boris Johnson como prima donnas. El ministro de Justicia, Michael Gove, teórico amigo personal de Cameron y cerebro gris de «Leave», mostró a las claras sus prioridades: «No me importa si mi carrera en el Gobierno está acabada. Lo más importante para mí es defender que dejemos la UE».
P: Rupert Murdoch, el magnate mediático australiano, es un feroz antieuropeo. ¿Crees que su arsenal mediático tendrá un papel decisivo el 23 de junio?
-Los medios de Murdoch están poniendo una vela en cada altar, en especial el «serio», «The Times», con cierto tonillo euroescéptico, pero que no pide el Brexit de manera militante como el otro gran diario conservador, «The Daily Telegraph», que ha optado por una línea de pasión nacionalista un poco decepcionante en un periódico de su teórica categoría.

P: David Cameron vuelve a ser objeto de críticas por jugar a la ruleta rusa de los referéndums. ¿Cuál sería el futuo político de Cameron si llega a ganar el ‘Leave’?
R: Como decía antes, la presión en su partido sería tal que tendría que dejar paso a otro líder conservador. Es más, algunas voces tories dicen que debería irse incluso si gana por muy poco.
P: ¿Cuál es a tu juicio el mejor argumento a favor del ‘Remain’, de que el Reino Unido se quede en la UE?
R: Creo que su apelación al golpe económico para el Reino Unido que supondría salir de un mercado abierto de 500 millones de personas.
P: ¿Escocia puede ser decisiva? ¿Hasta qué punto este debate les interesa a los escoceses?
R: El asunto es que Escocia es mayoritariamente pro UE. Si en el conjunto del Reino Unido ganase el Brexit y en Escocia lo hiciese el Remain, el Gobierno separatista escocés reclamaría de inmediato un segundo referéndum independentista, a pesar de que aseguraron que el de 2014 zanjaba el asunto para una generación. Los ex primeros ministros Tony Blair y John Major han advertido por este motivo que el Brexit amenazaría la propia unidad del Reino Unido. Y creo que tienen razón.
P: ¿Está creciendo el rechazo en la inmigración en el Reino Unido como dicen algunos medios ingleses? ¿Esa es la principal baza de Nigel Farage, el líder de UKIP?
-No es que sea la principal baza de un personaje de ribetes xenófobos como Farage, es que también es el argumento medular de Boris Johnson y Michael Gove, el ministro de Justicia, los dos conservadores que lideran la campaña del ‘Leave’. Hay un poco de rechazo al extranjero, pues lo cierto es que el Reino Unido, incluso recibiendo muchísimos inmigrantes (330.000 el año pasado), tiene solo un 5,1% de paro. Son parte de su fuerza económica y existe algo muy importante en lo que no se repara: ellos han evitado un problema demográfico tan pavoroso como el que tiene en ciernes España.
Hay algunos detalles que no se comentan lo suficiente:
-De los 200.7000 ciudadanos de la UE que llegaron el año pasado, 200.000 lo hicieron con contratos de trabajo.
-Los inmigrantes de la UE solo suponen el 2,5% de las ayudas públicas por empleo y pensiones.
-En 2013-14, los inmigrantes aportaron a Hacienda 3.100 millones de libras en impuestos. ¡Cinco veces más de lo que recibieron del erario público!
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