Que España es un país de insensatos se ve en cada proceso electoral, en las decisiones posteriores de sus líderes y en las manifestaciones políticas, de modo especial en las dos grandes reuniones del fin de semana previo al periodo de confinamiento, aquel mitin de Vox y la manifestación multitudinaria, y por ello peligrosísima, del día de la mujer… de izquierdas. También se ve en muchas de las manifestaciones “cayetanas” de estos días, donde más allá del derecho a manifestarse se deberían respetar las distancias de prevención, así como las normas que estos días regulan nuestras vidas.
Estoy hasta el flequillo de este gobierno, quiero que caiga pronto y sin ruido, alharacas ni follón; es decir, quiero que caiga conforme a las reglas democráticas. Y lo antes posible. Porque es también insensato, absolutamente insensato e incorregible. Es desde luego el primer responsable de cuanto está sucediendo, simplemente porque está en el gobierno, porque es quien toma las decisiones. Yo no puedo equivocarme gravemente porque no tomo decisiones. El gobierno sí. Y lo ha hecho: “Más mata el machismo”, treinta mil muertos “oficiales”. Tal vez cincuenta mil según un amigo mío sepulturero.
Es insensato este gobierno sobre todo por no reconocer sus errores de gestión. Llevo dos meses diciéndolo, no se trata de ideología sino de gestión. Gobiernos de izquierdas, como el de Portugal, han gestionado muy bien este problema mundial. En Francia, Gran Bretaña o EEUU con gobiernos conservadores, en grados distintos, lo han hecho mal, rematadamente mal. Como el gobierno italiano o el español. No es cuestión de ideología sino de pésima gestión. Y de no reconocer sus errores. Mantenella y no enmendalla.
El primer error de este gobierno nuestro fue no tener embajada en Roma. Ni consulados en las diversas regiones italianas. Si los hubiera tenido habría visto la boca al lobo y habríamos ganado tres semanas en la batalla por los trajes de protección para los sanitarios, tres semanas en la batalla por las mascarillas, tres semanas de adelanto en el confinamiento de la población. Dice Pedro Sánchez en su habitual oda auto laudatoria que estar confinado ha evitado 300000 muertos. ¿Cuántos nos habríamos evitado si hubiéramos comprado mascarillas para todos tres semanas antes? ¿Cuántos sanitarios no habrían enfermado, contagiado a compañeros y enfermos de haber tenido trajes de protección tres semanas antes? ¿Cuántos de ellos no habrían muerto?
Una cosa más sobre este gobierno que todo lo ha hecho bien, este gobierno que acierta siempre, aún cada una de las ocasiones en las que ha dictado normas contradictorias: ¿En qué fase de desescalada estaríamos si hubiésemos empezado el confinamiento tres semanas antes? ¿Qué estaría haciendo ahora la industria española, qué estarían haciendo ahora los pequeños empresarios, los autónomos? ¿Dónde estaríamos ahora los que no tenemos un lugar al que ir, al que pasear, un paisaje o un monumento que visitar?
Todo esto pasa porque no tenemos embajada en Roma ni consulados por las regiones de Italia. Si los tuviéramos, si los hubiéramos tenido, tal vez nuestro gobierno se habría enterado con tres semanas de adelanto, habría comprado material tres semanas antes y ahora llevaríamos tres semanas de desescalada de adelanto. Por cierto, yo no tengo embajadas, solo tres o cuatro contactos de tuiter (por cierto, síganme @pedrodehoyos ) que se pasaron esos 21 días (¡21!) asombrándose de lo que pasaba en España, asombrándose de lo que NO pasaba, preguntando qué pasaba con nuestro gobierno. 21 días, ¿dónde estaríamos si se hubiesen aprovechado esos 21 días? A lo mejor conviene abrir embajada en Italia.
