La declaración de Begoña Gómez desquicia a la Policía y se encara con Alfonso Rojo

Pérdida de nervios de la Policía de Marlaska.

La declaración de Begoña Gómez ante el juez Juan Carlos Peinado provocó que los exteriores de los juzgados de la Plaza de Castilla se convirtiesen en una especie de fortín para impedir el normal desarrollo del trabajo de los medios de comunicación.

Hasta tal punto que en cuanto algún periodista trataba de acercarse a la puerta principal de los juzgados, enseguida venía algún agente a echar al intrépido reportero.

Y en el caso de nuestro director, Alfonso Rojo, este tuvo que ver como un par de funcionarios policiales le requirieron que se identificase.

Y solo por el único hecho de estar en la vía pública como un ciudadano más.

Igualmente, nuestro reportero Bertrand Ndongo, que se encontraba alejado unos metros de la zona del edificio judicial, también fue ‘invitado’ por otro miembro de las Fuerzas y Cuerpos del Estado a que estuviese en uno de los dos sitios que se habilitaron para los medios de comunicación.