Cuando todo parecía indicar que la reunión programada para este mediodía entre Rosell y Galliani se antojaba interesante, apareció Ibrahimovic tras el partido, reventó la partida y forzó una cita que será como para perdérsela. Ojito a la declaración: «Es el entrenador (Guardiola) el que no me quiere en este equipo. En seis meses sólo habló dos veces conmigo. Tengo contrato en vigor y mi familia está feliz en Barcelona. Pero no sé qué le pasa al entrenador». Directo y contundente. Las sensaciones son que el sueco está aliado con el Milán para abandonar el Barça y quiere forzar la maquinaria para que sea cuanto antes mejor: hasta el día 31 a las 24:00 hay margen. Veremos.
Para que pueda salir hay dos vías: la cesión o un traspaso. Los italianos llegaron por la tarde con poco dinero, por lo que Rosell no acabó de entender su propuesta. En cambio, los italianos también valorarían un préstamo, aunque para que se concretara esta vía, el jugador debería rebajarse el sueldo, algo a lo que Mino Raiola, el agente, no vería con muy buenos ojos.
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