De los pómulos, los labios o las arrugas, se habla todo el día. De ‘esto‘, casi nunca.
Cada vez son más las mujeres que acuden al cirujano para realizarse una vaginoplastia o rejuvenecimiento vaginal, intervención con la que recuperan el placer sexual perdido por partos traumáticos u otras alteraciones de la estructura vaginal, y que aprovechan para embellecer los genitales externos.
Se trata de una intervención que se practica con láser y de postoperatorio sencillo que se está haciendo más frecuente entre mujeres maduras -en torno a los 50 años- que a lo largo de su vida han mantenido una vida sexual plena y que la han ido perdiendo a consecuencia de la disminución del tono muscular de la vagina, cuyo diámetro aumenta, con lo que el placer en el coito disminuye.
La técnica, indicada para mujeres que han perdido su elasticidad tras varios partos o por causas genéticas, consiste en estrechar la vagina en una operación que se realiza con anestesia epidural.
Tras la operación, que dura menos de una hora, la paciente debe permanecer ingresada 24 horas, y esperar entre un mes y medio y dos meses a tener nuevamente relaciones sexuales, que para la mayoría de ellas serán mucho más satisfactorias.
Aunque parezca una frivolidad, la llamada cirugía íntima soluciona problemas antes escondidos por las mujeres como la pérdida de placer durante el coito y la incontinencia urinaria, consecuencia en muchos casos de varios embarazos y partos por vía natural.
Durante estas etapas se producen cambios en los tejidos de la madre, como en la piel, ligamentos o músculos, que pueden afectar al suelo pélvico, lo que se traduce en molestias como sensación de peso o bulto genital, pérdida de orina, humedad genital crónica y sensación de amplitud vaginal.
En estos casos la cirugía de reconstrucción vaginal con láser ofrece una solución satisfactoria a estos problemas, técnica que consiste en estrechar las paredes vaginales con incisiones con láser y unos mínimos puntos de sutura.
En España, el retrato robot de la usuaria de este tipo de cirugía sería el de una mujer de 52 años, muy abierta en sus relaciones sexuales, que ha tenido dos o más hijos y que desea recuperar su tono vaginal.
No solo las mujeres que están en la cincuentena recurren a esta cirugía íntima, sino que también lo hacen mujeres treintañeras que han tenido varios partos y ya no desean tener más hijos, y chicas mucho más jóvenes con falta de colágeno en las paredes vaginales debido a causas genéticas, lo que les provoca una distensión vaginal.
El suelo pélvico es un sistema de músculos y ligamentos que sostienen la vejiga, el útero y el recto, y si este puzzle se viene abajo puede producirse un prolapso (caída) de estas vísceras, perdiendo su funcionalidad.
La cirugía reconstructora de la pared vaginal mejora también los problemas leves de incontinencia urinaria.
También muchas veces esta operación se acompaña de un rediseño de la zona íntima, fundamentalmente para adquirir un aspecto más juvenil o, en mujeres más jóvenes, para reducir los labios mayores o corregir asimetrías de los genitales.
Más en Otros medios
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home