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Mi hijo se ha dado cuenta de que los tiros y bombas no resuelven nada y que la libertad de Euskadi no va a venir por ahí.
Esto ha sido un desastre. Deberíamos intentar curar las cicatrices de la otra parte, pero no sabemos cómo.
A mí, me gustaría pedir perdón a las personas que sufrieron los atentados en los que participó mi hijo», dice Manuel, padre de Luis Carrasco Aseginolaza, Luze (largo).
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