El país ha perdido al jefe de la estructura política gobernante y, en los hechos, al ministro de Economía de los últimos cinco años. Ese vacío no lo podrá llenar una militancia activa y, a veces, sectaria, ni la invocación al supuesto renacimiento de un kirchnerismo confuso e inasible. La propia solidaridad social que la Presidenta recibió y recibirá, razonablemente, en las próximas semanas no es un termómetro definitivo de la política …
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