Cuando se elogia mucho en estos tiempos a Brasil, hay que tocar madera. Hay un maleficio según el cual cuando un país se convierte en una darling (querida en inglés) de los mercados le llega hora en que las campanas doblen por él. Es lo que pasó con la Argentina de los años noventa. Y es lo que ha ocurrido con Irlanda, ahora en quiebra, y con España, que ha dejado de crear durante el boom inmobiliario la mayor parte de los empleos de la eurozona a ser el más grande depredador de ello …
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