Periodistadigital América Home
3 segundos 3 segundos
Coronavirus Coronavirus La segunda dosis La segunda dosis Noticias Blogs Videos Temas Personajes Organismos Lugares Autores hemeroteca Enlaces Medios Más servicios Aviso legal Política de Privacidad Política de cookies
-

El concierto fue un exceso: mucho vestido raro, mucho virtuosismo vocal

El público de Lady Gaga por ella mata

En la actuación la nueva diva del pop vendió un poco de erotismo de garrafa

08 Dic 2010 - 14:55 CET
Archivado en:

Lady Gaga ha reinado en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante miles de fans y ha conectado directa, reinvindicativa, el Gaga en estado puro.

Sus seguidores se han volcado con la meteórica artista y su ‘Monster Ball Tour’ ha sonado sin control en un espectáculo de dos horas que alguien podría pensar que no necesita de controladores porque va solo.

Desde el minuto uno, Lady Gaga ha jugado sus mejores bazas –puesta en escena, arte y vestuario — para desenfrenar a un público que con ‘Telephone’ o ‘Just Dance’ sólo han calentado motores para sucumbir con ‘Monster’, ‘Paparazzi’ o el descargado ‘Bad Romance’.

Las entradas estaban agotadas desde hacía meses y Gaga no ha defraudado a sus ‘»pequeños monstruos» de Barcelona y así se lo ha hecho saber, alto y claro, durante todo un ‘show’ que ella misma ha descrito como la primera opera pop-electro de todos los tiempos.

La Gaga transgresora y la que dice no tener la sensación de parecerse a una cantante de pop perfecta ha calado con su ‘perfomance’ y prueba de ello ha sido su ‘Alejandro’, enfundada con un provocativo corsé negro y refrendada por su elenco de esculturales bailarines, o con su incansable ‘Pokerface’ .

Cambios de escenario y colorista y atrevido vestuario –con sus característicos zapatos y plataformas imposibles– se han sucedido canción tras otra en la que no ha faltado el querido piano de Gaga.

Primero ha hecho aparición un teclado dentro un capó de un coche amarillo ambientado en un entorno neoyorquino –su cuna natal– para después tocar ‘Speechless’ con un piano negro en llamas.

Lady Gaga ha controlado escenario y ritmo y ha reivindicando su misterioso ascenso. «Bienvenidos al Monster Ball Tour; mi destino es tocar para vosotros», ha proclamado Gaga, que ha llamado a libertad de cada uno y a dejar atrás miedos o tabués.

El público se ha entregado y entre sus miles de seguidores se han multiplicado pequeñas réplicas hechas a su imagen y semejanza con gafas coloristas irrepetibles, pelucas rubias y peinados enlatados y vestuario imposible. Aunque para Gaga, con el título de Lady, no lo sea.

 

Más en Otros medios

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

CONTRIBUYE

Mobile Version Powered by