Aplausos, con el valor añadido de ser espontáneos, y flores, con la virtualidad de irrumpir por sorpresa en un escenario donde no abundan las alegrías: las dependencias donde se reúne el Consejo de Ministros. Apurando el tiempo de prórroga de una legislatura en la que Rodríguez Zapatero ha conocido pocas felicitaciones públicas, dos de las más emotivas los aplausos anónimos de un grupo de funcionarios de Moncloa y el ramo que le hizo llegar su mujer le han llovido al presidente a cuenta del final anunciado por ETA que coronará su legado …
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