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GIRA IBEROAMERICANA

La ‘podemitis’ de Pedro Sánchez: se niega a llamar «dictador» a Maduro pero no deja de hablar de Franco

En Chile recolectó malas ideas y peores intenciones en esa farsa del Museo de la Memoria

A.P. 31 Ago 2018 - 07:01 CET
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El presidente del Gobierno de España está de gira por Iberoamérica. Preguntado expresamente si Venezuela es hoy una dictadura, el jefe del Ejecutivo respondía: «Yo diría que no es un democracia». Toda una tomadura de pelo a millones de personas que sufren el chavismo.

Hermann Tertsch recuerda en ABC que «No creyó conveniente Sánchez pasar a ver a Nicolás Maduro, el campeón en sobrevivir en condiciones inauditas. Ahí sigue después de destruir el país, asesinar y torturar a miles, robar y saquear a todos».

Sánchez ha dicho que su referencia política es Zapatero, el felpudo de Maduro del que hoy no se le escucha abrir la boca mientras miles de venezolanos tienen que huir con lo puesto. «Huyen por millones a países vecinos y pagan con sangre, miseria y muerte la ceguera de haber llevado al poder a los padrinos de Iglesias, Errejón y Monedero, esos que dictan ahora la política fiscal a Sánchez».

El jefe del Gobierno de España dijo ayer que los venezolanos tienen que encontrar una solución entre ellos. Es como enviar una señal de concordia a torturadores y torturados. O que los niños víctimas de Mengele debieron empatizar más con el doctor. Esa infamia infinita, insulto intolerable, se lo puede haber dictado su compañero de partido Zapatero, eficaz agente del narcodictador Maduro para fortalecer su régimen criminal.

Recuerda Tersch que Sánchez no ha dejado de hablar de Franco. También de una Comisión de la Verdad con la que pretende reprimir las verdades incómodas para su partido. En Chile recolectó malas ideas y peores intenciones en esa farsa del Museo de la Memoria. Allí los chilenos han acatado una versión grotesca por maniquea de su pasado en la dictadura de Pinochet. Se han tragado todo el cuento impuesta por la izquierda.

Ni una palabra de Cuba, los asesinatos, Allende como títere comunista. Sin mención de causas. Nadie explica que un golpe en Chile llevó a una dictadura porque era inminente una dictadura mucho peor. Hoy Chile es el polo de prosperidad y libertad porque se evitó que fuera el polo de miseria y esclavitud con Cuba. El canalla que quería convertir Chile en Cuba era Allende y quien lo evitó era Pinochet.

Pero Sánchez detesta las dictaduras que se autodisuelven después de crear prosperidad y seguridad. Las que generan dolor permanente y miseria, Venezuela o Cuba son las que gustan a Sánchez. A sus socios más. Tanto que la quieren implantar aquí.

El editorial de ABC le da el remate final a Sánchez:

Cuando lo está a la izquierda, simplemente «no es una democracia». ¿Y ya está? Pues no. Maduro ha tomado como rehenes a los venezolanos para mantenerse en el poder, ha pisoteado uno a uno sus derechos, ha sumido al país en una ruina de proporciones gigantescas, se ha inventado parlamentos cuando la población le daba la espalda en las urnas, ha colonizado los tribunales de justicia, ha puesto en marcha un aparato represor espantoso y ha aniquilado cualquier atisbo de prosperidad futura en una tierra rica llevada a la catástrofe.

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