Cuando Fernando Giménez Barriocanal aterrizó en la presidencia de la cadena COPE, en junio de 2010, se encontró con las cuentas de la emisora episcopal en alarmantes números rojos. El último ejercicio completo (2009) en el que estuvo al frente su predecesor, Alfonso Coronel de Palma, cerró con unas pérdidas de algo más de nueve millones de euros, tal y como ha podido comprobar Periodista Digital tras acceder a las cuentas de COPE.
Y es que, a pesar de evitar los números rojos en 2008, el importe de las ventas de la COPE se resintió al año siguiente: de 96.264.032 euros se pasó a ingresar 82.373.328 euros. O sea, 13.890.704 euros menos. Este es el motivo por el que la emisora se dejó 9.183.383 euros por el camino al acabar 2009.
NÚMERO ROJOS
Las causas son tanto externas como internas. En primer lugar, la caída de la inversión en el mercado publicitario. En segundo y quizá la más importante: el despido de Federico Jiménez Losantos, a mediados de 2009, y la salida de César Vidal, que provocan una crisis de audiencia en la COPE de importantes dimensiones haciendo estragos en las cuentas de resultados de la emisora.
A pesar de que Coronel de Palma aludió siempre a la «deuda cero» de la cadena y los «diez millones de euros en la tesorería», el accionista mayoritario, la Conferencia Episcopal, se vio obligado a tomar la decisión urgente de un relevo en la presidencia.
UNA DOBLE LECTURA: ¿ERE O NO ERE?
El análisis de lo sucedido desde entonces admite una doble lectura: en primer lugar, reconociendo los números de 2009 e inicios de 2010 como malos… ¿eran éstos tan alarmantes o preocupantes para descolgarse con un ERE temporal a más de 422 trabajadores para «asegurar» el futuro de la cadena, amén de otros recortes?
Si la respuesta es negativa entonces… ¿por qué se llevó a cabo? El argumento tan manido de la ausencia de la deuda y la existencia de varios millones en la tesorería de la cadena se había caído entonces por su propio peso.
Si sí eran malos, Periodista Digital, ciñéndose única y exclusivamente al análisis de esas cuentas y teniendo en cuenta las grandes pérdidas que sufrieron otros medios, mucho mayores que las de la COPE, sólo encuentra la explicación en que los responsables de la cadena apostaran por un Expediente de Regulación de Empleo para evitar acercarse aún más al precipicio y evitar entrar en unos números rojos mucho peores.
El ERE ahorraba a la cadena unos costes y aseguraba una liquidez por si acaso hubiera sido necesario acudir a la financiación bancaria, con la que siempre, más en el caso de los medios de comunicación, se tiene que tener algo que ofrecer a cambio. Además, los responsables de la Iglesia son conocidos por su visión conservadora en los negocios y más en tiempos turbulentos, por lo que prefirieron ponerse la venda antes de la herida con la intención de evitar males mayores», explican fuentes de la emisora a Periodista Digital.
LO QUE VINO DESPUÉS
Si la situación, por tanto, no era tan dramática, no se entiende entonces cómo tragaron los sindicatos (en concreto, el Comité Intercentros de la cadena) con un ERE temporal a 422 trabajadores que aún sigue vigente.
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