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El histórico apagón que sumió en la oscuridad a toda la península ibérica el 28 de abril de 2025 ha desatado una tormenta política y técnica sobre sus causas reales. Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez y Red Eléctrica intentan distribuir responsabilidades entre «operadores privados», un prestigioso científico del CSIC ha puesto sobre la mesa una explicación técnica que contradice frontalmente la versión oficial.
La voz autorizada que desmonta la narrativa oficial
Antonio Turiel, físico, matemático e investigador del CSIC especializado en energía, lleva años advirtiendo sobre la posibilidad de un apagón masivo como el que finalmente se produjo. Sus declaraciones tras el incidente han sido contundentes: «El problema fundamental no es tanto la caída como la inestabilidad de la red, que este es un problema que llevamos explicando ya desde hace tiempo».
El científico leonés, en el informativo de Vicente Vallés en Antena 3, ha señalado directamente a la causa técnica del apagón: «Se ha integrado mucha energía renovable sin los receptivos sistemas de estabilización que se tendrían que haber colocado y que además por normativa ahora es obligatorio colocar». Esta afirmación contradice frontalmente los intentos del Gobierno de señalar a un supuesto fallo en la demanda o a la responsabilidad exclusiva de las eléctricas privadas.
Un problema anunciado y no atendido
Lo más sorprendente de las declaraciones de Turiel es que este problema no era desconocido. Según el experto, en el momento del apagón «se estaba produciendo mucha energía fotovoltaica que, por sus características técnicas, reacciona mal a los cambios de demanda». Este fenómeno ya había provocado situaciones de riesgo anteriormente.
De hecho, Turiel revela que «el año pasado se tuvieron que poner en marcha cinco veces los sistemas de respuesta activa de la demanda, que es básicamente apagar toda la industria del país». Un dato que evidencia que las autoridades conocían la fragilidad del sistema eléctrico mucho antes del apagón del 28 de abril.
Informes ignorados y advertencias desoídas
La investigación periodística ha sacado a la luz que existían múltiples informes técnicos que advertían del riesgo. Ya en 2020, documentos internos de Red Eléctrica señalaban que «la integración masiva de renovables tendría un mayor impacto en la estabilidad de la red en España que en otros países de Europa por su limitada interconexión».
Más recientemente, hace apenas dos meses, la propia Red Eléctrica reconocía ante sus inversores «el riesgo a corto plazo de desconexiones de generación por la elevada penetración de renovables», quedando plasmado en su último informe anual presentado a la CNMV. A nivel europeo, el informe ERAA 2024 también advertía del «posible riesgo de apagón en España».
El efecto dominó que provocó el colapso
Turiel explica con claridad el mecanismo que provocó el apagón: «La causa parece haber estado en dos episodios de desconexión de energía solar. Cuando empiezan a acumularse las sobrecargas, llega un momento en el que los sistemas solares no son capaces de responder y, cuando ya son muy grandes las sobrecargas, se desactivan para evitar que se quemen».
Este proceso desencadenó un efecto cascada: «Lo que fue haciendo fue pasar el fardo de unas a otras y fueron cayendo todas en cascada porque no podían asumir eso». La velocidad de propagación del fallo sorprendió a todos, dejando inoperativa toda la Península en cuestión de segundos.
La responsabilidad política en entredicho
Mientras el Gobierno de Sánchez ha intentado eludir responsabilidades señalando a las eléctricas privadas, Turiel apunta en otra dirección. «El problema no son las energías renovables, quien diga eso no dice la verdad», aclara el científico, que señala a «la codicia de las grandes energéticas» y a la «falta de inversiones y mecanismos de prevención».
Esta postura contradice frontalmente la estrategia comunicativa del Ejecutivo. Pedro Sánchez, en sus primeras declaraciones, llegó incluso a confundir conceptos básicos, afirmando inicialmente que el problema había sido «un fallo en la demanda», para rectificar horas después y hablar de un problema en la oferta.
Un futuro incierto: ¿Se repetirá el apagón?
Las perspectivas no son alentadoras. Otros expertos del sector, como Carlos Cagigal, advierten que «esto va a repetirse en los próximos meses» debido a que la infraestructura energética española «no cuenta con la capacidad necesaria para almacenar toda la energía que se genera».
Según estas previsiones, la solución definitiva podría tardar «entre 12 y 24 meses en resolverse», lo que deja a España en una situación de vulnerabilidad energética durante al menos un año más.
La batalla entre el Gobierno y las eléctricas
El apagón ha reabierto el enfrentamiento entre el Ejecutivo y las compañías energéticas. Las declaraciones de Sánchez señalando a los «operadores privados» han provocado una respuesta contundente del sector. «Con nosotros que no cuente para poder ayudar», ha declarado un directivo de una de las principales compañías energéticas.
Las eléctricas consideran que la responsabilidad recae principalmente en Red Eléctrica, presidida por la ex ministra socialista Beatriz Corredor, y en la falta de inversión en sistemas de estabilización que debería haber impulsado el Gobierno.
La solución técnica: estabilización e inversión
Frente a la batalla política, Turiel apunta a soluciones técnicas concretas. El problema no es la energía renovable en sí misma, sino la falta de sistemas adecuados para estabilizar la red cuando se integra una gran cantidad de energía fotovoltaica.
El científico señala que estos sistemas «obviamente son caros», pero resultan imprescindibles para evitar nuevos colapsos. La normativa actual ya obliga a instalarlos en las nuevas plantas, pero muchas de las existentes carecen de ellos, lo que mantiene la vulnerabilidad del sistema.
Un apagón que marca un antes y un después
El 28 de abril de 2025 quedará marcado como el día del mayor apagón de la historia reciente de España. Más allá de las molestias inmediatas para millones de ciudadanos, el incidente ha puesto de manifiesto graves deficiencias en la planificación energética del país y ha abierto interrogantes sobre la transición hacia las energías renovables.
La cuestión no es si las renovables son el futuro —todos los expertos coinciden en que lo son—, sino cómo gestionar adecuadamente esa transición para garantizar la estabilidad del suministro. Antonio Turiel, con su análisis técnico y riguroso, ha puesto el dedo en la llaga de un problema que, lejos de ser coyuntural, podría repetirse si no se toman medidas estructurales urgentes.
Entre las curiosidades del caso, destaca que el propio Turiel se quedó aislado en Barcelona durante el apagón y tuvo que ser rescatado por un amigo que le fue a buscar desde Figueras en coche, ya que los trenes, su medio de transporte habitual, no funcionaban. El científico leonés participará en junio en un curso de verano en Fabero sobre derechos humanos y sostenibilidad, donde seguramente este incidente será uno de los temas centrales de debate.
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