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En el ámbito político español, septiembre nunca ofrece respiro. El inicio del nuevo curso político ha traído consigo un torrente de encuestas que, en lugar de aclarar el horizonte, han generado más incertidumbre entre los equipos de Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal.
Las seis encuestas recientes, publicadas en un corto lapso de diez días, han dejado titulares diversos y han planteado una pregunta inquietante: ¿quién debería estar más preocupado ante la inestabilidad que reflejan los sondeos?
El análisis llevado a cabo por Carmelo Jordá en Libertad Digital proporciona claves para comprender este momento. No se trata únicamente de cifras y escaños; las tendencias, expectativas y, sobre todo, las sensaciones dentro de los cuarteles generales de los partidos juegan un papel crucial.
A 23 de septiembre de 2025, la imagen demoscópica presenta notables diferencias según el instituto encargado del sondeo. El CIS de este mes ha sorprendido a muchos al colocar al PSOE nueve puntos por delante del PP: 32,7% frente a 23,7%. Este barómetro indica que Pedro Sánchez recupera terreno y rompe el empate técnico que había predominado durante el verano. En contraposición, Feijóo registra su peor cifra desde que asumió el liderazgo del partido. Vox se mantiene como tercera fuerza con un 17,3%, su segundo mejor dato histórico, aunque experimenta un ligero retroceso respecto a julio. Sumar y Podemos continúan en descenso, con porcentajes distantes de los logrados en las elecciones generales.
Sin embargo, la realidad demoscópica se complica al examinar otros barómetros. El NC Report para La Razón, publicado el 8 de septiembre, otorga al PP una clara ventaja con un 35,2% de votos y 156 escaños frente al 25,8% y 104 diputados del PSOE. Vox se mantiene fuerte con un 15,4% y 50 escaños; así, el bloque de las derechas superaría los 200 diputados, un panorama radicalmente diferente al que presenta el CIS.
Por su parte, el último barómetro de GAD3 para ABC también señala al PP como ganador con 137 escaños y un 32% de votos. El PSOE, por su parte, obtendría 107 escaños con un 26,9%. Vox alcanzaría hasta 61 escaños (17,9%), mientras que Sumar se desploma hasta los diez diputados.
¿A quién le tiembla más el pulso? Claves de Carmelo Jordá
El análisis realizado por Carmelo Jordá en Libertad Digital resalta la volatilidad del electorado y la gran dispersión en los resultados según la fuente demoscópica consultada. No se trata solo de una batalla entre encuestas; también hay una lucha por contar una historia convincente y generar expectativas. Las direcciones partidarias interpretan cada cifra como una señal alarmante o tranquilizadora según les convenga en su estrategia comunicativa.
- Desde Ferraz (PSOE), la situación parece eufórica gracias al CIS; sin embargo, deben hacer frente a una realidad mucho menos favorable reflejada en encuestas privadas. Aunque el “efecto Sánchez” parece funcionar en este estudio oficial, el desgaste acumulado por su gestión podría pasar factura.
- En Génova (PP), reina la incertidumbre: entre la confianza brindada por barómetros privados y la preocupación por la caída registrada en el CIS. La imagen pública de Feijóo ha perdido fuerza; así que recuperar la iniciativa se vuelve esencial para evitar que cunda una sensación de declive.
- Por su parte, Vox aguanta bien e incluso mejora sus resultados en algunas encuestas; esto refuerza tanto el liderazgo de Abascal como su papel como bisagra en un posible bloque derechista. Sin embargo, aún no logran romper ese techo que les permita disputar la hegemonía dentro del espectro conservador.
El trasfondo: factores que explican el vaivén demoscópico
Existen varias razones que ayudan a entender esta volatilidad:
- La metodología del CIS, liderada por Tezanos, siempre ha sido motivo de controversia debido a sus métodos cuestionables y la “cocina” detrás de los datos. Esto alimenta desconfianza tanto en Génova como entre analistas independientes. La diferencia cercana a diez puntos entre este organismo y los institutos privados resulta difícilmente justificable solo por errores muestrales.
- Los barómetros privados suelen usar metodologías más conservadoras que reflejan mejor el voto oculto hacia la derecha; esto beneficia tanto al PP como a Vox.
- La abstención junto con los indecisos siguen siendo incógnitas fundamentales: según el último CIS, un 14,1% se declaró indeciso mientras que un 7,1% anticipó su abstención; cifras que podrían cambiar cualquier pronóstico a pocos días de unas eventuales elecciones.
- Por último está el impacto actual: incendios forestales veraniegos, fluctuaciones económicas y polarización política afectan cómo percibe la ciudadanía las cosas; esto hace que el voto sea cada vez más inestable.
¿Quién debe preocuparse más?
La respuesta no es sencilla; no obstante, un análisis comparativo entre las encuestas indica lo siguiente:
- Pedro Sánchez debe prestar atención a la discrepancia entre la euforia reflejada en el CIS y la cautela mostrada por estudios privados. Si esos datos no concuerdan con la realidad electoral cuando llegue el momento decisivo ante las urnas, podría recibir un duro golpe.
- Para Feijóo, frenar la pérdida de apoyos en sondeos públicos es primordial; mantener alta la moral entre sus filas será crucial. Si no logra recuperar terreno en el CIS pronto puede verse atrapado en una profecía autocumplida.
- En cuanto a Abascal, puede sentirse tranquilo a corto plazo: Vox se asienta como tercera fuerza política manteniendo influencia; sin embargo su techo electoral parece permanecer inamovible.
Números y curiosidades del tablero electoral
- En algunos sondeos se observa cómo el bloque derechista (PP y Vox) supera los 200 escaños; esta cifra casi alcanza la mayoría absoluta aunque sigue existiendo riesgo por fragmentación del voto.
- Según el CIS, por primera vez desde 2023 el PSOE supera esa barrera simbólica del 32% en intención de voto rompiendo así su empate técnico con respecto al PP.
- Con porcentajes históricamente altos entre indecisos resulta evidente que cualquier encuesta solo proporciona una instantánea poco fiable ante un electorado tan cambiante como impredecible.
- Las encuestas parecen ser casi un deporte nacional para nuestros políticos; todos aseguran ignorarlas… hasta que llegan esos resultados donde hay que buscar culpables.
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