Anna Gabriel es la típica que no sólo le tiene alergia al desodorante corporal, también se pone tiquismiquis con las esencias democráticas, especialmente si tienen que ver con la Corona.
En la noche de San Juan, del 23 al 24 de junio de 2017, la diputada de esa pandillo de pulgosos que conforman las CUP, se dedicó a alentar a que se quemasen en las hogueras centenares de fotos del monarca Felipe VI y, de paso, a reclamar que se pusiera en libertad a los cinco jóvenes que habían sido detenido por sus exaltados ataques a La Zarzuela.
De hecho, la media docena de mamarrachos cuperos en el Parlamento de Cataluña decidieron mostrar su apoyo a los detenidos con una rueda de prensa en la que optan por romper en pedazos delante de la prensa varias imágenes del Rey Felipe VI.
Mireia Vehí, Anna Gabriel, Gabriela Serra, Joan Garriga, Benet Salellas y Eulàlia Reguant fueron los autores de este atentado contra la Corona y ante el que las instancias judiciales del Estado deberían de haber ya actuado con diligencia.
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