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Consuelo Sánchez-Vicente – Patéticamente solo.

Consuelo Sánchez-Vicente 18 Feb 2010 - 12:20 CET
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MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Sonó a, eso no me lo dice usted a mí en la calle, tan racial y tan de otros tiempos. «Si tiene usted coraje y valentía presente una moción de censura», le espetó Zapatero a Rajoy visiblemente escocido por la insólita invitación que cursó el lider del PP a los socialistas en su primera intervención para que cambiasen a su presidente. Fue uno de esos guiños de consumo interno que se gastan los líderes para enardecer a los suyos, irritante como un pellizco de monja para el adversario; pero lo importante para mi del discurso de Rajoy, lo peligroso para la estrategia de oveja lucera de Zapatero, fue su «aquí y ahora». Una letanía directa a la mandíbula del presidente del Gobierno

De la prédica al trigo, se podría titular, y sin andarse por las ramas, sobre cosas de comer que entiende todo el mundo. Que si va en serio con ponerle coto al paro dedique «aquí y ahora» los 5000 millones del «Plan E2» a que los ayuntamientos y las demás administraciones públicas paguen a sus proveedores lo que les deben en vez de gastárselos como el «E1» en autobombo, que si va en serio con lo de la austeridad incluya un pacto para ponerle un techo de gasto a las autonomías, que si de verdad quiere la ayuda del Congreso empiece por cumplir las dos resoluciones que ha aprobado esta Cámara, para que las empresas no tengan que pagar por anticipado el IVA de facturas que aun no han cobrado, y para reducir un 25 por ciento el gasto en altos cargos*

El poder es un cemento espléndido y Zapatero tiene el poder: ni le han faltado ni le van a faltar en mi opinión apoyos para sacar adelante sus leyes en lo que resta de Legislatura, aunque sean bodrios que hay que revisar en un mes como los Presupuestos para este año que se aprobaron en diciembre. Pero la soledad en que quedó ayer el presidente del gobierno me pareció patética. Todos los grupos parlamentarios se mostraron dispuestos al pacto si mediaba rectificación, pero nadie se prestó a hacerle de «cirineo» ni le rió la gracia. «Si no hay acuerdo haga usted de gobierno», le dijo el convergente Durán i Lleida, «es usted quien debe ponerle el cascabel al gato, que para eso es el gobierno», remacho el peneuvista Erkoreka, «escuche o gobierne, o convoque elecciones» le espetó el portavoz de ERC, «no le eche las culpas a los demás de lo que ha hecho usted», añadió la portavoz de Coalición Canaria. El intercambio de cromos políticos es una cuestión de precio, una cuestión de pragmatismo, pero la credibilidad de Zapatero como presidente sufrió un duro revés y salió, en mi opinión, más que tocada del pleno de ayer.

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