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Rafael Torres – «Al margen» – Pirata también.

Rafael Torres 01 Jun 2010 - 12:20 CET
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MADRID, 31 (OTR/PRESS)

Las condenas al Estado de Israel por su salvaje acción terrorista en aguas internacionales van a ir a parar, si un milagro de decencia política «global» no lo remedia, al cubo de la basura donde el Estado de Israel arroja desde hace décadas las condenas. Pese a la extrema gravedad del suceso, que sobre haberse cobrado la vida decenas de civiles desarmados atenta contra las normas más elementales del Derecho Internacional, en los centros de poder de Tel-Aviv no existe temor alguno de que la reacción airada de las naciones, víctimas directas algunas de ellas del ataque a la flotilla humanitaria, se sustancie en nada, ni en simbólica retirada de embajadores siquiera. La impunidad de que ha gozado tradicionalmente el Estado de Israel, tan semejante a la que disfrutó la Alemania nazi en su brutal carrera de anexiones e invasiones de pre-guerra, tenía que desembocar en un episodio sangriento del tipo que hoy indigna al mundo entero. O dicho de otro modo: sabedor el gobierno israelí de que haga lo que haga, asesine a quien asesine, destruya lo que destruya, sus actos no van a suscitar jamás en la comunidad de naciones ninguna reacción lesiva a sus intereses, ha terminado por abolir los límites de la civilidad que venía traspasando, una y otra vez, desde hace tanto tiempo.

El Estado de Israel posee la bomba atómica, poderosísimas influencias en los Estados Unidos y ningún sentido de la justicia ni de la piedad. El ataque pirata al grupo de embarcaciones civiles en aguas internacionales no es, sin duda, la mayor brutalidad perpetrada por su ejército, e incluso, por el recuento de bajas y devastaciones, queda lejos de la invasión del Líbano o de los bombardeos de Gaza, pero su significado, que no es otro que el del abandono de ese país de toda sujeción a cualquier ley, debería estremecer y despertar la conciencia de los estados, en el caso, ciertamente, que conserven algún adarme de conciencia. La impunidad crea monstruos y los alimenta después. Pobre mundo, pobre pueblo palestino, pobre pueblo de Israel.

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