La querella presentada ante la Audiencia Nacional por 3.000 agricultores de Castilla La Mancha contra el gobierno regional por la presunta malversación de 1.200 millones de euros en la gestión del agua, aprieta a García Page
Y García Page, a dos meses de las elecciones, hace esto:
Abro mi buzón de correo y me encuentro con un panfleto panfletario en demasía. A todo color y con el tamaño igual al de un diario, contiene cuatro páginas a dos caras. Solo le falta que hubiera sido imprimido en tres dimensiones. Su contenido es una alabanza hiperbólica que el señor García Page, presidente de Castilla La Mancha, se hace a sí mismo.
Yo – tonto de mi – creía que vivía en Castilla La Mancha. Al leer el contenido del panfleto electoral, me he dado cuenta de que yo vivo en el país de la abeja Maya. Un país multicolor, un mundo sin maldad en el que no hay problema que no solucione Maya – ¡perdón! Page. Desde el canto de los pájaros al funcionamiento de la economía; desde la escuela al comercio; de la sanidad al trabajo; de los jóvenes a los viejos; de la vivienda no digamos. Todo, todo es idílico. Castilla La Mancha en versión de García Page es el Paraíso. Los ríos están incontaminados, las fuentes manan leche y miel, las ciudades brillan relucientes por su limpieza y los ciudadanos castellanos manchegos levitan en vez de andar dado el bienestar en el que viven.
Uno se pregunta a que cotas de autoalabanza puede llegar un político que, como García Page, viendo que las encuestas no son todo lo placenteras que deberían ser según él, las manda imprimir para adormecer a los ciudadanos con cantos de sirena impresos a todo color.
El panfleto que nos ha enviado el señor García Page a todos los castellanos manchegos, encabezado en su portada con una imagen de él en pose de extremada sonrisa, no ha debido resultar barato. Se supone que el PSOE castellano manchego tiene sus cuentas saneadas y se permite el lujazo de gastar una pasta importante en la emisión de esa especie de hoja dominical en la que se recogen todas las buenas obras de García Page sin mezcla de mal alguno. Se supone, porque si a la autopropaganda mísera y ruin a todo color se le une el que el panfleto haya sido pagado con los impuestos de los castellanos manchegos, entraríamos en un terreno pantanoso y pestilente como un muladar, al igual que el terreno de la presunta malversación de 1.200 millones de euros de la gestión del agua, además de sectario, autócrata y ególatra, que es el terreno en el que se desarrollan todas las autoalabanzas que se recoge sin el más mínimo rubor en las imágenes a todo color de esta comunidad que debería cambiar su nombre de Castilla La Mancha por el de: “El país de la abeja Maya”
MAROGA
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