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OPINION

Rafael López Charques: «Año nuevo vida peor»

Rafael López Charques 02 Ene 2024 - 13:01 CET
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En estos días todo son felicitaciones, hacer buenos propósitos, desear lo mejor para el futuro, etc. Nosotros nos sumamos a dichas manifestaciones, pero no nos dejamos engañar por la realidad, y de ahí el título de estas reflexiones.

Quizás nos acusen de pesimistas, pero dadas las perspectivas solo se nos ocurre decir año nuevo vida peor.

Creemos que, si no ocurre un milagro, o algo similar, todo seguirá igual, en el mejor de los casos, y mucho nos tememos que en realidad peor.

Efectivamente siguen inundándonos con muy buenas palabras, pero que se quedan en eso, en bonitas palabras, pero como apunta un viejo refrán “del dicho al hecho va un trecho”.

Como “de los escarmentados nacen los avisados” a nadie podrá extrañarle que desconfiemos y nos temamos lo peor. Todos los indicios van por ahí.

Un ejemplo claro lo tenemos en que la Ley de Secretos Oficiales, normativa franquista cien por cien, sigue en vigor. ¿No les parece chocante? Una persona como “cum fraude” que deja entrever que el régimen nacido de la guerra civil fue la mayor desgracia de la España contemporánea, mantiene en vigor una normativa del mismo, mediante la cual el dictador informaba solamente de lo que le daba la gana. ¿Cuál es la explicación? Muy sencilla, cuando le conviene se comporta como aquel del que tanto reniega.

Habrá gente que diga que del mantenimiento de una ley estamos “haciendo de un grano una montaña”. Nosotros no lo creemos así, porque tal normativa le permite esconder todo aquello que cara a la opinión pública puede perjudicarle.

Indudablemente hay cosas que no puede esconder, pero con una cara impresionante, se inventa una justificación que no se cree ni él. Estamos hartos de que vaya a actos de su partido, pagándoselo nosotros, pero lo justifica diciendo que la verdadera razón de su viaje es visitar una empresa, una institución, etc., pero que como da la casualidad de que hay un acto de los suyos, de paso asiste al mismo.

Lo que hemos comentado va a seguir pasando, no lo duden. Es una de tantas tropelías que tenemos que aguantar, que conocemos porque no puede ocultar totalmente.

La pregunta es inmediata, ¿Cuántas cosas reprobables hará de las que no nos enteramos?

Lo grave para nosotros es que todo eso, su comportamiento altanero, sus mentiras (perdón cambios de opinión), su egocentrismo, etc., van a continuar.

Debemos, en consecuencia, estar preparados para que las cosas vayan peor; es doloroso y triste, pero es la realidad. Con esconder la cabeza como los avestruces no lograremos nada. Será cómodo, pero también será nuestra destrucción.

Si queremos que sobreviva nuestra España debemos estar dispuestos a hacer sacrificios, todos, porque todos nos jugamos nuestra subsistencia. La disculpa de que yo no puedo hacer nada es tan solo eso, una manera cómoda de lavarse las manos, para lamentarse después.

No nos cansaremos de repetirlo, el futuro es nuestro, ahora bien, tenemos que luchar por él, de lo contrario nos convertiremos en una república bananera y luego todo serán lamentaciones.

Estamos mal, pero podemos estar mucho peor. La decisión es nuestra, y si a nosotros nos da igual, pensemos en nuestros hijos, ¿qué mundo les vamos a dejar si seguimos así?

Aunque solo sea por respeto a ellos, que los hemos traído al mundo sin pedirles permiso, debemos luchar por todos los medios para dejarles un mundo mejor

Esto va a peor, pero podemos solucionarlo.

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