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OPINIÓN

Manuel del Rosal: «Pedro Sánchez: ¿malvado o necio? «

Manuel del Rosal 15 Jun 2025 - 21:02 CET
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“Tal es la frivolidad de algunos hombres; que, cuando la fortuna no los acompaña (muy a menudo a causa de nuestra propia conducta), echamos la culpa al Sol, a la Luna y a las estrellas; como si fuéramos villanos por necesidad, tontos por fuerza del cielo; bribones, ladrones y traidores por el predomino de las esferas; borrachos, embusteros y adúlteros; y todo aquello en lo que somos malvados es por voluntad divina. ¡Admirable discurso de prostibulario, echar la culpa de sus deseos a una estrella! Mi padre copuló con mi madre bajo la Cola del Dragón, y mi nacimiento fue bajo la Osa Mayor, de modo que, en consecuencia. soy astuto y lujurioso. ¡Estupendo! Sería igualmente lo que soy, aunque la más virginal estrella del firmamento me hubiera guiñado el ojo cuando nací bastardamente” Con estas palabras Shakespeare nos ha dejado un retrato magistral de como el hombre caído en desgracia, lo ha sido, no por su conducta y sus errores, sino por la conjunción de las estrellas.

Pedro Sánchez podía haber recurrido a esta excusa astrológica y, estoy seguro, que habría sido más creído que excusándose tras el burdo “Me ha engañado y me ha traicionado. Nada sabía de lo que estaba tramando Santos Cerdán” Y tras esta parida mental, pedir perdón, no por su responsabilidad personal y política manifiesta, sino por haber sido ingenuo ¿ingenuo Pedro Sánchez?

Si no vio lo que Cerdán y compañía hacían hurgando en las letrinas del sexo y en los albañales de la codicia, Pedro es un necio, si lo vio y calló porque esa forma de actuar le beneficiaba a él y a su partido, Pedro es un malvado.  Y si Pedro conjuga en su persona la necedad y la canallada, entonces nos encontramos con una persona muy peligrosa, porque la maldad unida a la estupidez es catastrófica.

En Pedro Sánchez todo es una impostura, y su aparición para hacerse la víctima desde su inocencia de monja ursulina que ha sido vejada, es una puesta en escena más que quiso acompañar con lágrimas de cocodrilo, Yo creo que es impostada hasta la delgadez de su rostro.

MAROGA

 

 

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