Esta semana los mercados no hablaban de otra cosa que no fuera la intervención de Draghi el pasado jueves. Se le escuchan hasta los silencios. Y Draghi habló y los inversores se lo tomaron a la tremenda. Según iba avanzando el presidente del BCE su discurso, las acciones en Europa iban cayendo. Al mismo ritmo. Todos defraudados 24 horas. Los índices europeos se despeñaron. Se diría que había anunciado el diluvio universal. No debió ser para tanto, porque el viernes las cosas se vieron exactamente de forma contraria. Es verdad que ayudó y mucho el excepcional dato de empleo de Estados Unidos. Los índices europeos, sobre todo el IBEX recuperó todo lo perdido la jornada anterior, un 2,64 por ciento hasta los 10.900 puntos. Mientras, la prima de riesgo cerraba semana en los 105 puntos y el bono a 10 años en el 1,83 por ciento. El euro y el petróleo siguieron bajando. Las compras masivas de deuda por el BCE serán ya en 2015.
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