Pedro Sánchez «es guapo y lo sabe» aunque no es suficiente. Su imagen de líder moderno, necesita más mensaje, más conexión y más explicaciones.
Fue la figura elegida para cicatrizar la hemorragia de votos provocada por José Luis Rodríguez Zapatero y que no fue capaz de cortar Alfredo Pérez Rubalcaba.
Pedro Sánchez nació en 1972, licenciado en Económicas y máster por el IESE. Inició su carrera política como asesor de Carlos Westendorp cuando cumplió 26 años. Concejal del ayuntamiento de Madrid.
Ha sido diputado en dos ocasiones como sustituto de Pedro Solbes (2009) y de Cristina Narbona (2011). Es resultado de la etapa de Zapatero.
¿Felipismo o zapaterismo?
Se mueve entre dos aguas. Se comunica con Felipe González pero no quiere, tampoco, identificarse con el viejo líder.
Los antiguos dirigentes Joaquín Leguina y José Luís Corcuera critican, sin remilgos, la estrategia de Pedro Sánchez de llegar a acuerdos con Podemos para arrebatar «a toda costa» al PP ayuntamientos y comunidades autónomas.
«Prefieren colaborar con quienes buscan la desaparición del PSOE. El PP es oponente, Podemos, enemigo porque pretenden fagocitarnos» expresan los socialistas de la vieja guardia.
¿Cómo podríamos definir el estilo de comunicación de Pedro Sánchez?
«Va como un pincel» coinciden las señoras. En traje y corbata, vaqueros y camisa blanca, con o sin americana, incluso, con mochila, Pedro Sánchez tiene estilo pero «le falta cuajo» dicen dentro y fuera del partido.

Las encuestas pintan bastos y después de las elecciones será cuando se produzca el cataclismo dentro del PSOE si el resultado es un desastre. Ocupar la tercera posición por detrás de Ciudadanos. En Madrid las encuestas apuntan la tendencia.
El líder del PSOE inicia su calvario cuando decide dar un golpe de mano y expulsar de la dirección al secretario del PSOE madrileño, Tomás Gómez. La capital y Corte impone sus reglas. También echó a las tinieblas a Antonio Miguel Carmona por ser tertuliano de TV. Ahora acude a cualquier show.
Pedro Sánchez se equivoca al ponerse de igual a igual con Albert Rivera y Pablo Iglesias Jr. por propia supervivencia. Por historia, ideología, responsabilidad y haber gobernado España casi 25 años de los últimos 37. El PSOE no debería funcionar como una nueva marca electoral sin tradición ni experiencia.
Tiene muy buen carácter, Pedro Sánchez, casi nunca se enfada. Pero, los electores piensan que su forma de actuar es confusa por decir una cosa y hacer la contraria. Su conexión con Podemos va a ser su ruina aunque, tampoco, tenga muchas otras opciones.
La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, es el relevo.
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