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Fermín Bocos

Presidente Trump

14 Sep 2016 - 08:16 CET
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Ha dicho sentirse «genial» pero la procesión -y la aprehensión por el futuro de su campaña electoral- se reflejaba ayer en el rostro de Hillary Clinton, candidata presidencial del Partido Demócrata norteamericano.

El vahído sufrido el pasado domingo en Nueva York, durante los actos de recuerdo a las víctimas de los atentados del 11S, lo vio todo el país y el resto del mundo. No hace falta ser un experto en política interior USA para reconocer que, inopinadamente, Clinton le ha servido en bandeja una baza extraordinaria a Donald Trump, su rival en la lucha por la llave de la Casa Blanca.

Trump es un depredador verbal curtido en los «reality shows» de la televisión. Conocida su proverbial incontinencia verbal y su nulo sentido de la caballerosidad no dudará en aprovechar la cuestión.

Trump se presenta con una lema: «Make Great America Again» que lo dice todo en orden al culto a la fuerza. Está claro que la debilidad física de quien eventualmente puede llegar a ser la «Comandante en Jefe», está minando la tasa de confianza en la candidata Clinton.

Lo reflejan las primeras encuestas. Una, urgente, de la CNN concede ya por primera vez una ventaja de dos puntos a Trump. Clinton arrastraba una neumonía -testimoniada en los frecuentes ataques de tos padecido en sus últimos mítines- y esa patología combinada con la humedad de Nueva York, las horas de pie siguiendo la ceremonia y el estrés de la propia campaña, provocó el mareo.

Que transmitido en directo por la televisión, la convirtió en la involuntaria protagonista de la noticia del día. Clinton no es una candidata que mueva las pasiones que generaba Bill Clinton, su marido.

Es fría, no genera empatía y tiene en contra a los jóvenes del ala «progre» de su partido, los que apostaban por Bernie Sanders. Su gran conocimiento de la política y la manifiesta superioridad intelectual respecto de su rival, no parece suficiente para conseguir el triunfo en las elecciones del próximo martes 8 de noviembre. Cuando faltan apenas ocho semanas para los comicios, por primera vez en lo que llevamos de campaña, algunos de los medios más prestigiosos de los EE.UU. reflejan como algo más que una probabilidad la hipótesis de que Donald.

Trump se alce con la victoria. Visto desde Europa suena a calamidad, … pero quienes votan son los americanos.

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