Más información
El timo de la estampita
creíamos olvidado
hay que ser memo perdido
para el engaño tragárselo.
Consiste en que dos compinches,
cada uno por su lado
cuando detectan a un primo
la comedia le han montado.
El uno, que va de listo,
le propone astuto trato:
ha descubierto a un imbécil
que tiene un hermoso fajo
de billetes y los cree
estampitas; el incauto
se las compra convencido
de que al tonto está robando.
En pecado, penitencia
ha de pagar, mentecato,
cuando, ya a solas, descubra
que dinero no le han dado
sino simples papeluchos
tras atizarle el cambiazo.
Aunque parezca increíble
el timo se sigue dando
pues a pesar de haber sido
el truco muy divulgado
todavía algún imbécil
cae en él de vez en cuando.
Lo terrible es que el invento
a política ha pasado:
son millones los que caen
en muy similar engaño:
les ofrecen mil promesas
son como billetes falsos;
tras votarles, convencidos
de que salieron ganando…
aquí está la diferencia
con el idiota timado;
al menos, aquél descubre
que con queso se la han dado
mientras que quienes apoyan,
como primos estafados,
a estos ladrones aún siguen
convencidos y de largo
de mucho más ricos son
cuánto están más arruinados.
Si las teles se lo juran
unánimes, a diario
prefieren tragar con mucho
a paladas, bulo y fango,
con el falaz argumento
de que más vale timados
por los falsos progresistas
crudo se lo están llevando,
a llegue una ultraderecha
¿de dónde lo habrán sacado?
¡Pues hay gente que les cree!
Nunca faltan alelados
que las estampillas compran
creyendo ser agraciados
por mafia que les da cuatro,
más bien que les da por saco,
mientras les quita cincuenta;
o sea, estampitas a cambio.
Y los demás, que lo vemos,
su imbecilidad pagamos.
que les durará el negocio
mientras queden insensatos
que les prometen la liebre
y les dan mugriento gato.
Luis XIII… y medio
Más en Columnistas
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home