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El 17 de diciembre de 2010, Mohamed Bouazizi, un vendedor ambulante tunecino de 26 años, se inmoló prendiéndose fuego en la ciudad de Sidi Bouzid. Este acto, en protesta por la confiscación de su mercancía, tras abofetearlo, así el continuo abuso por parte de funcionarios públicos, es considerado el detonante de la Primavera Árabe que, con sus manifestaciones, levantamientos populares y revueltas, hizo temblar y caer a varios corruptos regímenes autocráticos, del norte de África, cambiando desde entonces el mapa geopolítico de la zona.
El 9 de julio de 2025, David Lafoz, uno de los rostros más reconocibles de las protestas agrícolas que tomaron Zaragoza en febrero de 2024, llevando su tractor hasta las mismísimas puertas del Parlamento Aragonés, falleció tras quitarse la vida, a los 27 años, tras compartir un desgarrador mensaje de despedida en redes sociales, donde se apreciaba la imagen de una cuerda colgando, como ilustración al siguiente mensaje: «Lo siento por despedirme de esta manera tan cobarde, pero no aguanto más presión, no aguanto estar discutiendo todos los días con gente, no aguanto más inspecciones de Hacienda ni de trabajo, no aguanto trabajar 18 horas para no vivir».
El joven David Lafoz, fue uno de los primeros en ofrecer su ayuda a los afectados por la pasada riada en Valencia. Pero no fue un ofrecimiento de ´boquilla´; no. Tampoco dijo que si necesitaban ayuda que la pidieran; no. Directamente cargó su tractor en un remolque y se trasladó a la zona afectada, concretamente a la población de Catarroja, a sacar barro, muertos, y, en la medida de sus posibilidades, paliar la miseria ajena a costa de su propio bolsillo.
Los casos de Mohamed Bouazizi (26 años), y David Lafoz (27 años), no fueron fruto de una singularidad rebelde, frente a una situación puntual; no. Fue algo natural. Fue lo que sucede cuando llueve sobre mojado. Fue y ha sido, la gota que colma el vaso de la paciencia ciudadana.
En el caso de David Lafoz, solo espero que los funcionarios que lo acosaron, no duerman tranquilos. Aunque claro, para eso hay que tener humanidad y conciencia; algo que siempre debería estar por encima de la ´manida´ debida obediencia, del ´perruno´ e incentivado esbirro.
¡HSDLGP! ¡Asco! ¡Ni perdón, ni olvido!
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