Ramiro Grau Morancho: «Sólo somos técnicos, o la corrupción de los Altos Funcionarios»

Escuchando las noticias por televisión, oigo al presentador diciendo que la ex Presidenta de ADIF y el ex Director General de Carreteras, investigados en el caso Ábalos, o caso PSOE, se han exculpado diciendo “que ellos solo son técnicos”.

Como dice el viejo adagio, “excusatio non petita, accusatio manifiesta”, aunque en este caso si tenían derecho a excusarse, ante lo que se les viene encima…

Esa guardia pretoriana de altos funcionarios, altos cargos en definitiva, pues muchos no son empleados públicos, nombrados a dedo, o a través de concursos de libre disposición, supone que en la práctica pasen a ocupar los segundos niveles de los ministerios personas muchas veces ineptas, pero con más obediencia de un partido que el perro más fiel.

Y que tragan carros y carretas, falseando informes, presionando a otros técnicos, por debajo de ellos, para que acomoden sus valoraciones subjetivas a lo que quiere “el amo”, en definitiva, con un retorno al siglo XVIII.

Los dos son ingenieros de caminos, canales y puertos, carrera de prestigio, nada fácil y, efectivamente, son técnicos, con una gran calificación profesional, muy superior a la del portero de puticlub (Koldo), el carretillero y electricista (Cerdán), o el maestro (Ábalos).

¿Y qué les ha hecho ponerse a los pies, y a las órdenes del portero de puticlub…?

Todo presuntamente, claro.

Supongo que lo  hicieron porque tenían claro que Koldo era la voz de su amo, Ábalos, y que el Ministro, por razones obvias (además de cómo número 2 del PSOE), podía cesarles en cualquier momento, o hacerles la vida imposible.

¿Dónde queda la “dignidad”, personal y profesional, de los “técnicos”…?

Cuando uno se convierte en un esbirro, en un lacayo, en un muñeco del poder, manejable, intercambiable y suprimible, no me merece ningún respeto.

No digo que sea el  caso, pero, al menos, lo parece.

En el  argot delincuencial, presidiario, se habla de “comerse el marrón” cuando un acusado decide confesarse culpable, o reconocer los delitos, para librar a los demás culpables, de las consecuencias penales de sus actos.

(Se llama así porque las tapas de los sumarios son marrones).

En definitiva, ellos, que están acostumbrados a estudiar mucho, y se les presupone una gran inteligencia, deberían pensar que, como no espabilen, al final se van a comer el marrón, mientras todos los que están por encima de ellos (Ábalos, Sánchez), pueden acabar saliendo de rositas.

¡Y es que la culpa siempre es de los “técnicos”!

(El autor es el primer denunciante del CASO ÁBALOS, O CASO PSOE, y ha sufrido varias demandas e inspecciones por ello. Dos de las demandas han sido desestimadas totalmente por el Tribunal Supremo, mientras que la de Ábalos, que también gane en primera instancia, sigue en tramitación judicial. Todas con condena en costas a los demandantes, Ábalos, Escorial Senante y Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas, S. L.).