En cuestiones éticas, me considero una persona de principios poco negociables, así como poco dada al laxo chalaneo relativista.
Y ello sin excepciones, ya que ése es el baremo que empleo para juzgarme a mí mismo; por lo que, a la hora de hacerlo con los demás, no voy a ir con delicadezas buenistas, ya que, amén de la razón expuesta, cada vez que lo he intentado, he sufrido un pico de azúcar en sangre.
El relativismo moral que nos rige actualmente, fruto de la impuesta agenda woke, hace que lo que hasta ahora era crimen, pecado, o delito, se disuelva como un azucarillo cuanto le adjuntamos términos como ´solo un poquito´.
Esto nos lleva al disparate del «no la ´violinize´, solo le metí la puntita»; o «solo la dejé un poco embarazada».
No se es más o menos honrado, sencillamente, se es honrado, o no se es.
El resto, si usted quiere, se lo cuenta al juez, a ver si cuela, cuando tenga que rendir cuenta de sus actos.
Más en Columnistas
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home