A lo largo de la semana pasada se han sucedido noticias en referencia a la nueva película de Alejandro Amenábar. La película se titula “El cautivo” y narra la posible experiencia que tuvo Cervantes con su captor, Hasán Bajá, hijo del famoso pirata Barbarroja y gobernante de Argel.
Amenábar ha dicho que, al leer libros de historia sobre el cautiverio de Cervantes -no ha aludido a ninguno de ellos- se convenció de lo siguiente: “Al leer me convencí de que era algo que era que quería explorar (la posible homosexualidad de Cervantes), porque me parecía la más plausible; segundo, porque desde un punto de vista dramático era más interesante; y tercero, porque yo soy creador, soy gay, y quería encontrar la conexión ahí”.
Con las palabras anteriores, Amenábar lo dice todo. Él mismo se auto convence de que la homosexualidad del escritor era la más plausible, cuando el mismo Amenábar ha dicho en diferentes entrevistas que su solución cinematográfica no deja de ser una hipótesis. Le recuerdo que para formular una hipótesis hay que tener los suficientes indicios que acrediten a la misma, ¡Por favor, dígalos! La segunda parte de la afirmación dice que desde el punto de vista dramático fue lo más interesante. Está claro, sin ese momento de homofilia la película no tendría gancho, ni dramatismo, ni nada; sea claro señor Amenábar, aparte de ser la cuota mínima y tácita para conseguir una subvención del Ministerio de infra-Cultura, le viene bien como reclamo para el público ovejero y adocenado que necesita usted. Y la tercera afirmación, en la que dice que lo ha hecho por ser un creador, y ser gay, no deja lugar a ninguna duda, acaba diciendo que quería encontrar la conexión ahí, lo que significa que el guion ha sido forzado hacia los intereses del “creador”, como él se define.
Además de todo lo anterior, el director se atreve a decir que ha jugado con la ambigüedad y que le dio total libertad al actor para hacer lo que desease en las escenas de intimidad. En su caso señor Amenábar, ambigüedad significa mentira y falta de formación y con respecto a lo segundo, un buen director se diferencia por desarrollar una buena dirección de actores, no se jacta de que el actor hace lo que le da la gana. Y como le veo muy flojo con respecto a la vida de nuestro genio de las letras, le voy a contar lo que pasó durante el cautiverio de Argel, de Cervantes, su hermano y otros soldados españoles.
La galera Sol regresaba de Nápoles a España, cuando el 26 de septiembre de 1575 fue apresada, frente a la costa de Palamós, por el pirata Arnuti Mamí. En esta Galera se encontraba don Miguel de Cervantes con cartas de recomendación a su favor, escritas por don Juan de Austria y el duque de Sessa, cartas debidas a sus acciones de valor en las batallas de Lepanto, Navarino, Túnez y otras más. La consecuencia de poseer estas cartas de recomendación fue que se exigió para su liberación un cuantioso rescate, lo que contribuyó a que su liberación fuese más difícil, ya que, sus padres no tenían medios para reunir la cantidad pedida. Por ello, Cervantes lideró cuatro tentativas de fuga, que fracasaron.
La primera fue en 1576, se frustró porque el moro que debía ayudarle a él y a doce cautivos más, entre los que estaba su hermano Rodrigo, los abandonó en la primera jornada, como no conocían el camino, tuvieron que volver a Argel. Allí fueron encadenados y vigilados más de lo que ya estuvieron.
Los padres de Cervantes, lograron reunir una suma de dinero, a base de préstamos y de vender bienes, pero cuando fueron a pagar, la suma no resultó lo suficientemente alta como para liberar a los dos, y Miguel decidió que liberasen a su hermano Rodrigo. Rodrigo se fue con la consigna de ayudar a su hermano a escapar junto con catorce o quince cautivos. El plan se desarrolló en 1577, Cervantes, junto con los cautivos se escondieron en una cueva, en espera de una fragata española que vendría a recogerlos. La fragata llegó, pero los cristianos fueron traicionados por un cómplice de ellos llamado “el Dorador”, quien denunció el plan. Cervantes afirmó al rey de Argel, Hasán Bajá, que él fue el único organizador y sus compañeros habían sido inducidos por él. Hasán Bajá le perdonó la vida, pero le recluyó en un presidio cargado de cadenas.
En marzo de 1578, urde un nuevo plan, envía a un moro con cartas dirigidas al general Martín de Córdoba, gobernador de Orán, pidiéndole guías. El mensajero fue preso y ajusticiado. Las cartas demostraban que fue Cervantes quien tramó todo. Hasán Bajá le perdonó la vida de nuevo.
El cuarto y último intento lo realizó en mayo de 1580, gracias a una suma de dinero que consiguió de un mercader veneciano, con la que nuestro escritor compró una fragata. La intención era liberar al menos a sesenta cautivos. Cuando todo estaba preparado, uno de los que debían ser liberados, el ex dominico Juan Blanco de Paz, delató el plan a Hasán Bajá. Cervantes se hizo de nuevo responsable único del plan. Hasán Bajá ordenó que se le recluyese en la cárcel de su propio palacio con grillos y cadenas.
Los padres de Cervantes consiguieron reunir 300 ducados para pagar el rescate de Miguel, pero la cantidad fijada era de 500. Fray Juan Gil, trinitario recién llegado a Argel, consiguió recolectar el dinero que faltaba entre mercaderes cristianos de la ciudad. Gracias a esta acción, Cervantes quedaba libre el 19 de septiembre de 1580.
Yo no puedo imaginar a un enamorado, ensimismado o encaprichado queriendo escapar durante cinco años de la persona a la que supuestamente quiso tanto. Supongo que algo tendrá que ver en la defensa heterosexual de Miguel de Cervantes, el hecho de que se casará en 1584 con Catalina de Salazar y Palacios, natural de Esquivias. Previamente tuvo una relación con Ana Villafranca de Rojas, con la que tuvo una hija. Ana murió muy joven y Cervantes, desde ese momento, se hizo cargo de la hija que tuvieron ambos con el consentimiento de su esposa Catalina.
Por si queda alguna duda, he de decir que la relación general de Cervantes con las mujeres no fue buena, fruto de la deriva que llevaron las féminas de su familia. El hogar distó mucho de ser un modelo de honor y dignidad. Su hermana Andrea, fue conocida por las donaciones de joyas que recibía de distintos señores y tuvo un hijo sin haberse casado. Su hermana Magdalena, actuó de forma muy parecida; amenazó a un joven con ir al vicario por no querer casarse con ella, y al final no lo hizo, pero recibió del galán 300 ducados. Su sobrina Constanza, hizo lo mismo que su tía Magdalena, recibir dinero, para no casarse en varias ocasiones, de distintos señores. Algo se llegó a rumorear sobre alguna actitud poco piadosa de su esposa Catalina, aunque no tenemos constancia documental sobre ello
Por lo tanto, queda claro cómo las mujeres de la familia de Cervantes, siempre estuvieron dispuestas a recibir dinero a cambio de honor. Eso hizo que sus relatos con respecto al género femenino fueran dramáticos y muy significativos, pero en ningún momento síntoma de una atracción sexual hacia personas de su propio género. Luego señor Amenábar, quizá en la segunda parte de “El cautivo” rectifique por no haberse documentado, a tiempo, sobre algo que no conoce.
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