Más información
El soplo del suspiro enamorado, por Antonio Gil-Terrón Puchades
A veces definimos lo indefinible, llamándole poesía, y al hacerlo presumimos alma a aquello que hasta ese momento no era más que la simple fotografía de un atardecer.
La mirada ida de un tirano acorralado…; una puesta de sol…; un amanecer; las lágrimas de un niño al nacer.
Todo puede ser captado por el fotógrafo, por el pintor; pero tan solo el poeta es capaz de retratar el soplo del suspiro enamorado, aunque a veces de asco, o el aroma del bosque al llover, cuando AEMET decía que no lo iba a hacer.
Más en Columnistas
CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL
QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE
Buscamos personas comprometidas que nos apoyen
CONTRIBUYE
Home