El día 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama. La OMS estableció esta fecha con el compromiso de promover que las mujeres accedan a controles, diagnósticos y tratamientos eficaces para mejorar el pronóstico y la supervivencia.
Según los últimos datos recogidos por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en España, aproximadamente el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres se originan en la mama.
Pero si hablamos del cáncer en general, podemos decir que se estima que los cánceres más frecuentes diagnosticados en España en 2025 serán los de colon y recto (44.573 nuevos casos), mama (37.682), pulmón (34.506), próstata (32.188) y vejiga urinaria (22.435).
La incidencia del cáncer en la sociedad española hace que tengamos que poner nuestro esfuerzo en dos direcciones. La población ha de ser consciente de aquellos hábitos alimentarios y conductuales que pueden prevenir enfermedades como la que aquí tratamos. Por otro lado, tiene que haber un compromiso firme por parte de aquellas instituciones públicas en las que recae establecer la necesaria inversión y fomento de la investigación y desarrollo para hacer frente a un mal que afecta o afectará a gran parte de la población.
Según datos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el Gobierno de España ha invertido más de 993 millones de euros en investigación oncológica entre los años 2018-2024 (es un dato general pues no se detalla, por ejemplo, que se destina al cáncer de mama). Iniciativas privadas como la de la Asociación Española Contra el Cáncer son imprescindibles para avanzar en la investigación. Así, la AECC ha tenido para el año 2024 una cantidad de nuevas adjudicaciones por importe de 32 millones de euros que se han destinado a 257 ayudas, mientras que el total de ayudas en desarrollo en la actualidad es de 750 con un presupuesto de 143 millones de euros.
Sabiendo que la investigación contra el cáncer es fundamental, ésta avanza a un ritmo muy lento en nuestro país a consecuencia de la escasez de financiación pública. España invierte menos en Investigación y Desarrollo que países como Alemania, Francia o Italia.
A la insuficiente inversión pública podemos añadir los problemas de estabilidad laboral de los médicos e investigadores españoles y las pocas opciones que ofrece España para que estos profesionales permanezcan en nuestro país y se desarrollen aquí profesionalmente.
El cáncer es la segunda causa de muerte en Europa y se prevé que ocupe la primera posición en 2035. Pese a ello, según el Informe comparativo sobre el cáncer en Europa 2025, elaborado por el Instituto Sueco de Economía de la Salud (IHE) para la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia), solo engloba el 7% de la inversión sanitaria del continente europeo (no perdamos de vista que el cáncer provoca el 23 % de muertes).
En el informe mencionado, se pone el foco en las desigualdades entre países europeos en cuanto al acceso a los tratamientos oncológicos, así como en la inversión en investigación. Factores como la insuficiencia de los presupuestos sanitarios y las carencias en infraestructuras y de investigadores influyen en ello.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó desde 1995, 194 nuevos medicamentos oncológicos, autorizando nuevas indicaciones para más de 300 tratamientos previamente disponibles.
Según el informe W.A.I.T 2024, en España estaban disponibles en enero de 2024 el 60% de los medicamentos oncológicos aprobados por la EMA. La media en la UE es del 67%, teniendo a Dinamarca con un 96% como ejemplo de máxima implantación.
A nivel europeo, las desigualdades en inversión per cápita también son destacables. En España la inversión se sitúa por debajo de los 200 euros mientras que la media europea es de 300 euros.
Es fundamental que la inversión pública en nuestro país garantice una equidad en los tratamientos oncológicos. Hay que invertir en investigación, garantizar el acceso a medicamentos y tratamientos innovadores y aprovechar todos las evoluciones sanitarias que se desarrollen a nivel europeo. Ante la actual situación, también es necesario hacer un llamamiento a empresas y fundaciones para que sean capaces de equilibrar esta carencia. Solo podremos avanzar si avanzamos en investigación. Solo se avanza en investigación cuando los recursos son los necesarios.
El cáncer nos afecta a todos, de manera directa o indirecta, y es nuestra responsabilidad hacer lo que esté en nuestras manos.
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