¿Un nuevo Plan Marshall?

Tal vez lo que necesitamos en esta ‘gran’ y ‘social’ Europa, esa institución fundada tras la II Guerra Mundial y que tanta paz, estabilidad y prosperidad ha generado durante medio siglo, es que resucite George Marshall, ideólogo del Plan Marshall, ese oportunísimo Programa de Reconstrucción anunciado por el secretario de Estado norteamericano allá por el año 1947. La situación, como ahora si lo entendemos a nivel global, era desesperada.

Penurias económicas y sociales y frenar la ‘insolvencia’ de nuestro continente, problema que, por otra parte, ya nos
prometieron que quedaría controlado tras nuestra incursión en el mundo del euro en el año 1999. España, por aquel entonces, entraba a formar parte del gran grupo de la UE donde el denominado Estado del Bienestar podría ser más fácil de alcanzar y preservar por la unificación de criterios políticos, sociales y económicos.

¿Qué ha ocurrido entonces?¿una hecatombe?¿se han derrumbado todos los cimientos de esa Europa Social? A tenor de las últimas acciones políticas aprobadas cabe preguntarse si tal vez la respuesta sea que sí. De un lado, tenemos el Pacto por el Euro, que recoge los ajustes económicos adicionales exigidos por la canciller alemana, Ángela Merkel, y seguidos a pie juntillas por el conservador francés Nicolas Sarkozy, con el objetivo de «reforzar el fondo de rescate para los países con problemas de deuda», entiéndase Grecia, Irlanda, Portugal y, para no pocos analistas políticos y financieros, España.

¿Salimos realmente reforzados o es una estrategia de constreñimiento que ahogará, todavía más si cabe, las maltrechas economías de la ciudadanía? Me refiero a esa archiconocida clase media, ese atisbo de millones de personas que tienen un puesto de trabajo y pueden vivir dignamente, sin tener que malvivir o sobrevivir en la calle, o al menos estando por debajo del umbral de la pobreza, como 79 millones de personas en Europa, que se dice pronto.

Este Pacto por el Euro, no nos engañemos, aboga por los recortes sociales, ajustes y moderaciones de salarios, mayor flexibilidad laboral y una gran pérdida de derechos, conseguidos a lo largo de muchísimo tiempo con demasiado esfuerzo para que ahora, de un plumazo, se vengan abajo. Auge ultraderechista en el norte de Europa, reciente recuperación de parte de la izquierda italiana, caos político en España con las elecciones del pasado 22 de mayo en las que el PSOE sufrió un terrible batacazo, circunstancia que aprovechó el PP para no parar de reclamar un anticipo de las generales.

¿Cómo se cierra este círculo?¿Quién nos salvará? De acuerdo, los ciudadanos nos apretamos todavía más el cinturón, permitimos la congelación salarial, pasamos por alto la temporalidad por el simple hecho de tener trabajo, aunque sea temporal y precario pero… ¿hasta cuándo?

Ya basta de corsés innecesarios, de recortes y de ‘ajustes’ forzosos. Hay otra forma de gobernar, desechemos de una vez las políticas ultraliberales y apostemos por una nueva socialdemocracia. De esto depende nuestro devenir.

Originalmente publicado en La Opinión de Murcia.