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VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

Madrid rinde homenaje a Ana María Vidal-Abarca con un busto en el Retiro

Símbolo de la lucha contra el terrorismo y defensora de las víctimas.

Josué Cárdenas 24 Mar 2025 - 16:42 CET
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Ya era hora.

La ciudad de Madrid ha dado un paso significativo en su reconocimiento a las víctimas del terrorismo.

Y lo ha hecho  inaugurando un busto dedicado a Ana María Vidal-Abarca, una figura emblemática en la lucha por los derechos y la memoria de quienes sufrieron las consecuencias del crimen etarra.

Este acto tuvo lugar el 24 de marzo de 2025 en el parque del Retiro, donde se erige esta escultura como testimonio del compromiso inquebrantable que Vidal-Abarca mostró durante su vida.

Ana María Vidal-Abarca fue una destacada activista y presidenta fundadora de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT).

Su labor no solo se limitó a abogar por los derechos y necesidades materiales y emocionales de las víctimas; también fue una voz firme contra la impunidad que muchas veces rodeó los actos terroristas perpetrados por ETA.

Su figura se convierte en un símbolo no solo para aquellos que han sufrido directamente el impacto del terrorismo, sino también para toda la sociedad española que busca recordar y aprender del pasado.

El alcalde José Luis Martínez Almeida destacó durante la ceremonia inaugural que «gracias al esfuerzo incansable» de personas como Ana María, hoy se reconoce más ampliamente el sufrimiento causado por el terrorismo. Almeida subrayó cómo este homenaje es «necesario e imprescindible», enfatizando que es fundamental recordar a quienes han luchado para dar voz a las víctimas cuando muchos preferían olvidar o silenciar sus historias.

Ana María Vidal-Abarca con un busto en el Retiro

La inauguración del busto llega en un momento delicado para España, donde aún persisten debates sobre cómo abordar el legado violento dejado por ETA. A pesar de los avances hacia una paz duradera tras años de conflicto armado, todavía hay tensiones sobre cómo se recuerda ese periodo oscuro. La figura de Ana María Vidal-Abarca representa no solo resistencia ante esa adversidad sino también esperanza para futuras generaciones.

Desde su creación en 1981 hasta hoy, la AVT ha sido crucial para visibilizar las historias personales detrás cada número estadístico relacionado con atentados terroristas: vidas truncadas prematuramente y familias desgarradas por pérdidas irreparables. La asociación ha trabajado incansablemente no solo para proporcionar apoyo emocional y legal a sus miembros sino también para luchar contra cualquier intento político o social que busque minimizar o justificar estos actos violentos.

Reacciones políticas

Las reacciones al homenaje han sido variadas pero mayoritariamente positivas entre aquellos comprometidos con los derechos humanos y la memoria histórica. Sin embargo, algunos críticos apuntan hacia lo simbólico sin acciones concretas detrás; cuestionan si este tipo de homenajes realmente conducen hacia cambios significativos o si son meras ceremonias vacías destinadas al aplauso público.

Por otro lado, figuras políticas como María Dolores Cospedal, exministra española e integrante activa dentro del Partido Popular (PP), han expresado su apoyo total al reconocimiento hecho mediante esta escultura: “Es vital mantener viva la memoria histórica”, afirmó Cospedal durante una entrevista reciente sobre temas relacionados con víctimas del terrorismo.

Un legado perdurable

El busto realizado por Víctor Ochoa es más que una simple obra artística; simboliza todo lo que representa Ana María: coraje frente al dolor personal e institucionalizado; resiliencia ante situaciones adversas; defensa constante por justicia social sin importar cuán difícil sea esa lucha.

Este evento nos recuerda además otros aspectos importantes:

CRIMINALES DE ETA EN MADRID

Atentado de la Cafetería Rolando (13 de septiembre de 1974)

Asesinato de Luis Carrero Blanco (20 de diciembre de 1973)

Atentado de la Plaza de la República Dominicana (14 de julio de 1986)

Atentado de la Glorieta de López de Hoyos (21 de junio de 1993)

Atentado de la Avenida de Badajoz (30 de octubre de 2000)

Atentado de la Terminal 4 de Barajas (30 de diciembre de 2006)

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