Una casa llena de dinamita: tic, tac…

En muy poco tiempo se ha convertido esta película en todo un bombazo, perdón por el humor negro, y Netflix presume de flamante proyecto en su alianza con la enorme directora Kathryn Bigelow, primera en ganar un Oscar a la mejor dirección por la vibrante En tierra hostil (2008). Llevaba ocho años la realizadora sin estrenar y vuelve con esta historia de tensión a contrarreloj a sus dominios de cine político con elementos de thriller y toque bélico. El anti cliché femenino en el cine, con todo lo admirable que ello conlleva.

Con respecto a su argumento, muy buen guión de Noah Oppenheim, la historia comienza pronto a atrapar, tras una magnífica y breve puesta en escena a base de calma tensa, con la aparición en los sistemas de radar de un misil de origen desconocido, que es lanzado desde mitad del océano Pacífico en dirección a Estados Unidos. El resto es justo el grueso del argumento: la visión desde tres puntos de vista diferentes los 18 minutos que restan para el impacto en tierra firme, las posibles repercusiones, las decisiones a tomar, toda la parafernalia que rodea a un momento así….

En una época convulsa como la que vivimos, en la que el temor al armamento nuclear parecía cosa del pasado, Bigelow propone una película que muchos han calificado de más terrorífica que una propia del género de terror, que incita a la reflexión, que sitúa como foco del mal la existencia en sí de este tipo de armas, y que no gustará a aquellos a los que no les gustan los finales que dejan lugar a la interpretación popular. Sin embargo, cuando la película acaba y comienzan a salir los austeros títulos de crédito, el espectador, con un toque de aturdimiento, no puede dejar de mirarlos hasta darse cuenta tras unos segundos de que debe respirar profundo y asumir que el espectáculo ha terminado, nos guste o no.

Probablemente más redonda si se hubiese centrado en ir incrementando la tensión más que en repetir elementos desde otra perspectiva, pero 18 minutos no dan para mucho más, sonido, montaje, dirección y actores entregados a la causa, entre los que reconocemos especialmente al siempre eficaz Idris Elba, como presidente de los Estados Unidos (sí, de raza negra, qué pasa…), hacen del conjunto de la obra algo muy superior a lo que estamos acostumbrados a ver en streaming. Y es así por talento puro, puesto que, si miramos el asunto con objetividad, los despliegues técnicos no denotan grandes alardes ni dispendios económicos. El sueño de cualquier productora…

Altamente recomendable para los fans de la Bigelow, que no se traiciona a sí misma, y absténganse los aprensivos, porque el toque seudo documental hiperrealista, no exento de secuencias inverosímiles también, pero para inverosímil, mucho de lo que vemos diariamente en los noticieros, puede llegar a poner los pelos de la nuca como escarpias. Y sin ser Halloween.

Dirección: Kathryn Bigelow. Año: 2025. País: USA. Duración: 112 min. Género: Thriller. Intriga. Drama. Político. Título original: A House of Dynamite. Intérpretes: Idris Elba, Rebecca Ferguson, Gabriel Basso, Jared Harris, Tracy Letts, Anthony Ramos, Moses Ingram, Jonah Hauer-King, Greta Lee, Jason Clarke, Willa Fitzgerald, Aminah Nieves, Malachi Beasley, Brian Tee, Brittany O’Grady, Gbenga Akinnagbe, Renée Elise Goldsberry, Kyle Allen, Kaitlyn Dever. Guion: Noah Oppenheim. Fotografía: Barry Ackroyd. Música: Volker Bertelmann. Productora: First Light Productions, Prologue Entertainment, Kingsgate Films, Netflix. Distribuidora: Netflix. Estreno en España: 24 octubre de 2025.