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El nuevo cuadricóptero Spark fabricado por los chinos DJI, responde a comandos hechos con gestos de la mano.
La gran mayoría de drones de uso civil son operados a control remoto o a través de una aplicación de smartphone. Sin embargo, este método no siempre resulta práctico, especialmente cuando el dron es usado para sostener una cámara y el usuario desea salir en la toma con las manos libres. Un dron que prometía sortear este inconveniente y tomar los mejores selfies era Lily Camera, pero el proyecto no alcanzó el financiamiento necesario para su fabricación masiva y ahora forma parte de la lista de N+1 de «Los 10 avances tecnológicos que seguimos esperando».
El nuevo Spark de DJI revive la ilusión. Primero, por ser el dron más compacto de la compañía: tiene un peso de 300 gr (menos que una lata de soda) y su forma recuerda al aclamado Mavic Pro, pero más pequeño. El dron puede volar de manera autónoma y reconocer rostros y obstáculos en el camino, pero también puede programarse para responder a comandos gestuales y al modo manual.
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