¿Una prostituta, por el hecho de cobrar por sexo, puede ser violada por cincuenta hombres a la vez sin que la ley actúe? Esta fue la reflexión que Ana Obregón usó hace años para defenderse contra el acoso de la prensa, a pesar de haber vendido exclusivas. ¿Tiene razón? ¿Quiénes sufren más? ¿Los famosos sometidos o los periodistas agredidos?
Con la reciente explosión de histeria de Sara Carbonero contra la prensa (de la que hablaremos a continuación) como punto de partida, volvemos al debate de siempre: ¿Qué va antes, el derecho a la intimidad o la libertad de expresión? ¿Qué es de interés público y qué no? Si un programa es líder de audiencia por sacar las intimidades de las celebrities, ¿quién puede decir que ese tema no interesa a los ciudadanos?
A lo largo de los años hemos visto multitud de famosos desesperados por el acoso y derribo (en ocasiones ilegal) de la prensa pero también hemos visto a otros que piden a gritos que las cámaras les graben, da igual cómo.
Hace tiempo conocí a un paparazzi que me contó que una conocidísima presentadora de nuestro país, famosa por sus quejas y denuncias contra la prensa, se subía en el descapotable y daba una vuelta a diario por su urbanización sólo para que los periodistas la fotografiasen. Los hay incluso que pactan sus enfrentamientos con los reporteros.
Claro, todo es un negocio pero es cierto que siempre debería haber ciertos límites. Si tienes a un tipo detrás de tí con una alcachofa acosándote a preguntas surrealistas es normal que te sientas violado y que explotes. Luego están los reporteros que se consideran víctimas de los famosos y que consideran que tal invasión de la intimidad es el precio que tienen que pagar por estar ahí.
No entremos en debates de resoluciones infinitas y centrémonos en los hechos. Tras mucho rebuscar y, sobre todo, escoger, nos hemos decidido por estos cinco encontronazos de aupa. Cinco ejemplos en los que se pueden comprender los distintos puntos de vista y que tuvieron consecuencias muy dispares.
PEPE SANCHO: LA INOPORTUNIDAD
Pepe Sancho impone, no lo vamos a negar. Su fama de agresivo con la prensa le precede y entrevistarle puede causarte una noche previa sin dormir. Pero aquí en PD le entrevistamos en una ocasión y realmente fue un tipo encantador. Claro, otros no dirán lo mismo. Jorge Javier Vázquez, por ejemplo. Cuando el de ‘Sálvame’ recibió un premio Ondas, el actor no tuvo escrúpulos en decir:
Hubiera renunciado a mi premio (por su actuación en »23 – F, el día más difícil del Rey’) porque también se lo han dado a un presentador de un programa de basura. Se lo han dado al presentador de ‘Sálvame’, yo ni lo nombro. Para mí, el Ondas pierde su prestigio al premiar eso.
Hombre, esta queja puede tener su lógica para algunos pero es como poner verde a un actor porque sale en una película mala.
Vendettas a parte, Pepe Sancho ha perdido los nervios en más de una ocasión ante las cámaras. La más sonora (y no en en sentido figurado) fue aquella en pleno aeropuerto de Barajas. Sucedió en la época de ‘Aquí hay tomate’ (de aquí el rencor a Vázquez) y el intérprete, a grito pelado, nominó a los periodistas como «harapientos», «mugrosos», «cerdos» y terminó con esa gran frase para el recuerdo: «¡A mamarla!»
El problema aquí es que los hechos coincidieron con la demanda por supuestos malos tratos que el actor había recibido de su ex, María Jiménez. Muchos fueron los que se aprovecharon injustamente de las imágenes para cargar contra Pepe Sancho, algo que no le vino nada bien teniendo en cuenta las circunstancias aunque ganó el juicio en diciembre de 2011. Caiga bien o mal, es uno de los mejores intérpretes que tenemos ¿A qué le damos más importancia, a la persona o al profesional?
DAVID BUSTAMANTE: VÍCTIMAS COLATERALES
Este caso me fascina. Es cierto que David Bustamante se ha enfrentado a los paparazzi en más de una ocasión pero la última vez que le vimos insultando a una periodista resultó especialmente ‘curiosa’ por razones ajenas a él.
El miércoles 21 de marzo de 2012, ‘Sálvame’ emitió un inquietante vídeo en el que el famoso cantante se enfrentaba con una reportera del programa en plena calle y le gritaba:
¿Cobro yo por eso? Subnormal ¿cobro yo por eso? ¿He cobrado por alguna puta foto? Yo trabajo y gracias a Dios me va muy bien con mi trabajo ¡Subnormal! ¡Fea de los cojones!
El cantante llamó en directo al programa y se disculpó. Todo muy bien, pero aquí había gato encerrado. Precisamente, hacía mucho que no se hablaba del artista en el ‘cortijo’ pero, ¡oh, casualidad!, un día antes de los hechos, el ex ‘triunfito’ había presentado el nuevo talent show de Antena3 ‘El número uno’ en el que ejerció de jurado y coach. También hay que señalar que Telecinco le había ofrecido el mismo puesto para un espacio parecido, ‘La Voz’, pero que él rechazó. ¿Ha llegado la guerra entre cadenas a cuotas tan bajas, rastreras y peligrosas como para cobrarse víctimas colaterales? ¿Hubiese pasado lo mismo si Bustamante hubiese firmado con TVE?
PANTOJA Y SU HIJO: LAS DOS CARAS DE LA VERDAD
Isabel Pantoja es la reina del ‘mambo’. Su figura debería ser estudiada en Derecho de la información. Son tantas sus agresiones y encontronazos con la prensa que necesitaríamos una lista para ella sola. La tonadillera despierta tantas pasiones como odios y es que, claro, juega a dos bandas.
Por un lado firma con T5 pensando que sólo la querían como artista (ja) y claro se encontró con la cruda realidad: que en la tele, sus conciertos no se ven, pero su vida íntima sí. Si tanto ella como su hijo quieren vender una exclusiva y contar, únicamente lo que a ellos les interesa, están en todo su derecho, al igual que lo estoy yo en comprar, o no, una revista. Dicho esto, y hablo a nivel personal, lo único que realmente me ha podido ofender de esta ‘pareja’ es que, en plenas campanadas de T5 -en un momento en el que no pretendo ver prensa del corazón- me cuelen su vida amorosa -‘Paquirrín’ le declaró amor eterno a su novia en directo- para acto seguido enfurecerse cuando le preguntan por la calle.
Los más fuerte que hemos visto de esta familia durante los últimos tiempos fue el 4 de mayo de 2012, cuando la Pantoja y su retoño se liaron la leches contra un periodista que estaba espiándoles dentro de un hospital. Mal por el reportero -era un recinto privado- y mal por la chulería y la agresividad tanto de la madre como del hijo. Y lo peor es que ambos se hartaron de negar los hechos hasta que llegó un listillo que vendió las imágenes. ¡Cuánto daño han hecho las cámaras en los móviles!
BELÉN ESTEBAN: PESADILLA EN PARACUELLOS
Ésta, como la Pantoja, podría dar una conferencia sobre cómo sobrevivir a la prensa del corazón. Lo curioso del asunto es que ella trabaja donde trabaja y, claro. Hay conflicto de intereses.
Belén es la primera que negocia con su intimidad, no se le caen los anillos pero admitirlo. ¿Significa ésto que no puede quejarse del acoso de las cámaras? Hombre, depende. Ella alimenta ‘a la bestia’ del sensacionalismo, tanto que ha llegado a comérsela con patatas. Y es que, con la de San Blas se han cruzado todos los límites posibles.
Lo último es que ella ha denunciado la presencia de micrófonos en su casa. Sí, señores. además, tendríamos que recordar que se rumoreó que los periodistas llegaron a pagar a varios tipos para que se pegasen con el ex de la co-presentadora, Fran Álvarez, para así poder grabar las imágenes. Muy heavy.
Aunque yo me voy a quedar con un enfrentamiento que mantuvo la Esteban en pleno Barajas pero no con la prensa, sino con uno que pasaba por allí y que la llamó fea. El momento es brutal.
SARA CARBONERO E IKER CASILLAS: QUE NO LO LLAMEN MACHISMO, POR FAVOR
Han sido los últimos en protagonizar un enfrentamiento con la prensa pero a nadie le ha extrañado en lo más mínimo. Era cuestión de tiempo que algo así sucediera.
Tras una Eurocopa en la que Carbonero, a diferencia del Mundial, ha salido mal parada tanto por sus continuas equivocaciones en directo, la reportera de T5 y su novio, el portero Iker Casillas, se disponían a almorzar en un restaurante de Boadilla del Monte cuando se dieron cuenta de que un número importante de fotógrafos les esperaba.
En unas imágenes, cuyos derechos ha conseguido la publicación noruega Dagbablet, podemos ver cómo la periodista pierde los nervios y arremete contra uno de los paparazzis para tratar de que deje su cámara de fotos. La verdad es que la cara de ella es aterradora, a mí me recordó a la del niño balsero cuando la policía entró en su casa de Miami para que regresase a Cuba. ¿Se acuerdan? Vean la foto adjunta.
Entendemos a Sara Carbonero y sería muy injusto aprovechar este suceso para criticarla más de lo que se le ha criticado durante las últimas semanas. Lo que tampoco es muy productivo es que, desde T5, se defienda a la periodista con el mismo argumento de siempre: como la chica es muy guapa, el linchamiento es fruto del ‘machismo’. Sí, claro, igual que cuando la prensa va a por la Duquesa de Alba ¿no?
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