Teníamos muchas esperanzas puestas en las batallas de la segunda temporada de ‘La Voz’. Nos habían vendido más emoción, más tensión y más estrategia gracias a que este año, los coaches podían robarse concursantes los unos a los otros. Pero esta estrategia no es más que una doble humillación gratuita para el concursante. Esto no es lo peor. Lo más aburrido y ‘trágico’ de esta parte del programa son los nuevos asesores de los coaches.
‘EL TIEMPO ENTRE COSTURAS’ VUELVE A GANAR A ‘LA VOZ’
El el 28 de octubre de 2013 se libró otra gran batalla de audiencias. Por segunda semana consecutiva ‘La Voz 2’ (T5), ‘Isabel’ (TVE) y el tiempo entre costuras’ (A3) se enfrentaron por el favor del espectador. En datos generales, la serie de A3 ganó con un 26,9 %, el talent show de T5 se hizo con un 25,5% (cinco puntos más que la semana pasada) y la ficción de la pública perdió con 14,6% (mínimo histórico).
Pero estos datos son ‘tramposos’ porque, en realidad, ‘La Voz ‘dura más tiempo y por lo tanto crece con la media. De hecho, en la franja de coincidencia con el ‘El tiempo entre costuras’, el concurso anotó un 21,8%. Sí, Telecinco ha perdido contra Antena3. Es un drama, pero se pueden dar con un canto en los dientes ya que no teniendo en cuenta que la serie protagonizada por Adriana Ugarte además de ser un producto impecable es ya todo un fenómeno social.
FALTA DE TENSIÓN
No alegramos de que ‘La Voz’ sigue con buena salud. Hubo una gran campaña de promoción de la etapa denominada como ‘las batallas’ y entendemos que el público picara el anzuelo. El problema es que no se si se mantendrán los mismos datos de audiencia (lo más seguro es que sí ya que la audiencia del concurso es muy fiel). La sensación de aburrimiento y decepción fue abrumadora.
El primer problema al que nos enfrentamos al asistir a las primeras batallas de ‘la Voz2’ es que, tras unas audiciones a ciegas largas y en las que no destacaron demasiados concursantes, hay una falta absoluta de tensión. Al no haber un nivel de competencia muy alto (todos son de perfil medio), no había interés por ver quién se quedaba o quien no. Además, son tantos y tan pocos los que han despuntado que ni me acordaba de quien era quien.
NUEVAS REGLAS, NUEVAS TORTURAS
Cuando en la presentación de la segunda temporada de ‘La Voz’ nos hablaron de las nuevas reglas que se iban a seguir en ‘las batallas’, nos picó el gusanillo. Este año, además de enfrentar a dos concursantes de cada equipo para que el coach tenga que elegir, se han inventado ‘los robos’: después de cada actuación, los coaches pueden quedarse con el talent al que su entrenador ha desechado. Es decir, que si de dos de sus participantes, Bisbal se queda con uno, el otro, el perdedor, puede ser ‘mangado’ por Orozco, Malú o Rosario.
¿Qué significa todo esto? Pues que teniendo en cuenta que este año el nivel vocal es mediocre, la humillación se multiplica. El perdedor de la batalla no sólo tiene que afrontar la derrota, sino el hecho de ser plato de segunda. Y si encima nadie pulsa el botón, es rechazado por segunda vez. Suena casi mezquino.
Además, se nos vendió una tensión que no existe. Como los coaches se sienten tan mal por rechazar a alguien, piden a gritos que algún compañero le robe al que han echado. Todo es felicidad y júbilo.
Eso no es todo. Excepto por un par de salvedades, el nivel de las primeras batallas fue tan desastroso que estoy convencido que los coaches no sufrieron lo más mínimo por deshacerse de los peores dentro de los malos.
LOS COACHES QUE NO SON COACHES
Otra cosa. ‘La Voz’ es un formato creado no para el lanzamiento de nuevas estrellas de la música, sino para reavivar la imagen de los cuatro coaches. Eso lo sabemos desde el año pasado y no molesta. El problema es que cuando Malú, Rosario, Orozco y Bisbal no cumplen con su trabajo. Ellos van como de estrellas invitadas. Les dan una mínima charla de autoayuda para principiantes y se quedan tan anchos (Rosarillo se cree por decir «el miedo es ‘mu’ malo» ya ha descifrado la piedra Rosetta. Hombre, chica, cúrratelo un poco más).
Como me recordó anoche una buena amiga adicta al formato, en las ediciones extranjeras de ‘la Voz’, los coaches siempre tienen unas palabras de ánimo para sus concursantes antes de cada batalla. En España les da igual. Bisbal y compañía están pendiente, sólo, de poner caras y quedar de graciosetes ante las cámaras.
LOS NO-ASESORES
Párrafo aparte se merecen los nuevos asesores de ‘La Voz’. Estos son cantantes famosos que ayudan a los coaches a entrenar y a elegir a los concursantes durante las batallas. Los de este año son de traca.
Bisbal cuenta con el asesoramiento de, atención, Cali & El Dandee (en serio, Chayo Mohedano hubiese sido mejor elección), Malú con el de Carlos Vives (cada día más estirado), Orozco con Juan Magán y Rosario con el intenso Coti.
No entiendo qué pintaban ahí esos cinco. No lo entiendo. No opinaban, no se mojaban, no hablaban. Si encima que su currículum no habla bien de ellos, al menos que se lo trabajen un poquito. No. Parecía que estaban allí para cobrar el cheque y adiós.
Pero vayamos a cómo han quedado los equipos después de las primeras batallas y cómo Orozco perdió la sonrisa.
EQUIPO BISBAL: MIEDO, CALZONCILLOS Y POCAS PALABRAS
Bisbal este año está soso y eso es algo que no ha mejorado en las batallas. Durante los ‘entrenamientos’ parecía que le daba exactamente igual lo que les ocurriera a sus artistas. Eso sí, tuvo el mejor equipo de la noche.
Durante la primera batalla se enfrentaron David Velardo y Álex Escribano. Los dos lo hicieron bien, pero ganó el segundo mientras que el primero fue ‘robado’ por un entusiasta Antonio Orozco.
Luego llegaron Roberto y Tina, que eran amigos desde hace años. Aquí quiero destacar primero que ella se lo comió a él (por lo que ganó) y que al chico no podían haberle vestido peor (por culpa de su camisa ajustada tuvimos que verle los calzoncillos durante toda la actuación).
Y por último Estíbaliz Martín (esa mujer que recuerda a la ‘novia cadáver’) y Jordi Galán se pusieron en plan líricos, cantaron el Somewhere’, del musical ‘West side story’ y al final fue él el que se llevó el gato al agua.
De momento, Bisbal no ha usado el sistema de robos ¿Por qué será?
EQUIPO MALÚ: LOCURA Y MALOS ROLLOS.
La primera batalla del equipo de Malú la libraron la italiana Cassandra (ex novia del Aless el de GH12+1) y la que para mí es la mejor cantante de este año, Mandy. Lo entretenido es ver el mal rollo que transmitían estas dos. No podían ni verse. Menos mal que finalmente Malú se portó y se quedó con Mandy mientras que a la italiana no la quisieron ni para la repesca. ¡Ciao bella!
La segunda batalla fue todo un duelo de ‘divos’. Silverio y Marcos, los dos concursantes más histriónicos de este año, se vieron las caras y aunque ganó el primero, Rosario ‘robó ‘ a Marcos, por lo que éste le mandó un mensaje a Malú:
«¡Siempre dije que iba a ganar La Voz contigo pero ahora te lo has perdido… voy a ganar con Rosario!»
Y por último, Malú se decantó por Luciano frente a Marta.
Pero el gran momento de la noche fue cuando Malú le ‘robó’ a Rosario a Trinidad (que había ‘luchado’ contra Estela). Cuando la concursante supo que aún se quedaba en el concurso se volvió prácticamente loca y por poco desnuca a su nueva coach con el abrazo que le dio.
EQUIPO OROZCO: SIN CHISTES
A Orozco, anoche, se le quitaron las ganas de bromear. Sucedió durante la batalla entre Jaume (‘el rastas’) y Andrea. Ambos cantaron ‘La Tortura’ de Alejandro Sanz y Shakira, pero fue un suplicio verles. Jamás he visto una actuación tan espantosa. De verdad. Ni Orozco sabía dónde meterse. Qué espanto.
Al final, como no le quedaba otra, el coach se decantó por Jaume. No creo que dure demasiado.
Además de robar a David, el nuevo coach de ‘La Voz’ se quedó con Nowi.
EQUIPO ROSARIO: LÁGRIMAS Y DIVAS
Como ya hemos dicho, Rosario se quedó con Estela, robó a Marcos y más tarde se decantó por Idoia y por Sandra.
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