Por José María Arévalo
(Imagen de la escultura de Felipe II, de Pompeo Leoni, en la Galería Central del Prado)
Del Pompeo Leoni (1533 – 1608) tenemos en Valladolid dos obras magníficas, dos impresionantes crucificados, uno en la iglesia de Santiago, que procesiona en Semana Santa como imagen principal la Cofradía de las Siete Palabras, y el otro en el Calvario del antiguo Retablo Mayor del Convento de San Diego, hoy en el Museo Nacional de Escultura. Además, en el interior de la Capilla del Colegio de San Gregorio se encuentra otra obra suya, el Monumento al Duque de Lerma. Con ellas se completa la magnífica colección vallisoletana de obras de los escultores manieristas, encabezadas por Juan de Juni y Alonso Berruguete. Hijo del también escultor Leone Leoni, con el que colaboró al servicio de la familia real española, de familia originaria de Arezzo, se estableció en Milán y en 1556 se trasladó a España para dedicarse a los encargos de la corte española, en la que permaneció hasta su fallecimiento.
Pues bien, veo en Hoyesarte.com que ahora las esculturas de Los Habsburgo de los Leoni han pasado a ocupar un lugar preferente en la Galería Central del Museo del Prado, con el objetivo de seguir fomentando la integración de la escultura en su discurso expositivo. Así, los Habsburgo de los Leoni recuperan su papel simbólico en la Galería Central del Museo Nacional del Prado. A partir de ahora, junto a las obras de pintores como Tiziano, se sitúan las representaciones en bronce y mármol de la emperatriz Isabel de Portugal, la reina María de Hungría, Carlos V y Felipe II, realizadas en los talleres de Leone (1509-1590) y Pompeo Leoni (h. 1533-1608), los más importantes e influyentes de su época al servicio de la Corte española.
(Cristo de las Mercedes, de Pompeo Leoni, en la vallisoletana iglesia de Santiago)
La nueva ubicación de estas obras en la Galería Central, una iniciativa de gran trascendencia por la relevancia artística de las piezas, devuelve a estas cinco esculturas su gran simbolismo en el contexto del retrato dinástico de los Habsburgo, afianzando así el propio discurso expositivo del Museo. Al mismo tiempo, se mejoran sus condiciones de exposición al situarlas a una altura que permite disfrutar los detalles de su factura.
Las colecciones del Prado cuentan con las más excepcionales representaciones de escultura renacentista en bronce y mármol que salieron de los talleres de Leone y Pompeo Leoni, afamados escultores milaneses que trabajaron para la Corte española. Se trata de uno de los grupos más icónicos del panorama artístico de aquel momento.
La gran calidad técnica y formal de diversos retratos de la familia del emperador Carlos V se sitúa en uno de los estadios más elevados de excelencia artística de la escultura europea del siglo XVI. Con una función conmemorativa que buscaba perpetuar el linaje y la fama a través de la representación plástica, las esculturas suponen un verdadero alarde no solo en su mismo concepto compositivo, derivado de los consagrados modelos grecolatinos, sino también en un esmerado acabado de extraordinaria minuciosidad, propio de un trabajo de orfebrería.
El origen de las tres representaciones en bronce de cuerpo entero con las imágenes de la emperatriz Isabel, su hijo el rey Felipe II y su tía María de Hungría está en la galería de retratos que María, hermana del emperador, proyectaba para su castillo de Binche, en las inmediaciones de Bruselas. Este proyecto se inspiraba en el ambicioso programa dinástico que rodeaba el sepulcro del emperador Maximiliano de Habsburgo en Innsbruck, que todavía hoy se conserva.
Por otro lado, obras de extraordinario valor, como el busto en bronce de Carlos V, basado en tipologías derivadas del mundo clásico, o la escultura en mármol de cuerpo entero del mismo monarca, armado, con manto y con el símbolo del águila como si se tratara de un emperador romano, son la expresión más acabada de un exquisito encargo.
Juego enriquecedor
La nueva ubicación de estas obras en la Galería Central del Museo, en las proximidades de las obras de pintores tan sobresalientes como Tiziano —quienes sirvieron de igual modo y en las mismas coordenadas espacio-temporales a la difusión de la imagen de la familia real— contribuye a establecer un juego enriquecedor entre la pintura y la escultura, colocadas en un mismo plano para evocar el contexto en que se alumbraron y valorar la íntima vinculación iconográfica, indumentaria y simbólica.
Por otro lado, su disposición expositiva a una altura más comprensible permite disfrutar los detalles de su factura y valorar la extraordinaria habilidad de unos artífices para quienes el detalle formaba parte inherente de una obra cargada de diversos significados. Las esculturas se ubican ahora en su entorno natural, conformando un espacio de alta densidad simbólica.
Con el objetivo de fomentar la integración de la escultura en el discurso expositivo, esta actuación se suma a las nuevas instalaciones museográficas en el Patio Norte del Edificio Villanueva (Sala 58 B), donde se presenta un conjunto único en España de 18 medallones anónimos, de mármol, con perfiles de diversos personajes datados en fechas anteriores al siglo XV. Asimismo, en la Galería Jónica norte de la primera planta del Edificio Villanueva se propone al visitante un acercamiento más panorámico, completo y sugestivo a la creación en estas disciplinas artísticas desde el Antiguo Egipto hasta el Barroco.
Las obras
El emperador Carlos V. Leone Leoni (1509-1590). h. 1553. Mármol. En 1549, dos años después de la batalla de Mühlberg y su victoria sobre los príncipes protestantes, Carlos V (1500-1558) encargó a Leone este retrato, concebido como una imagen clásica “a la antigua”. El emperador lleva una armadura decorada con una representación de Marte, dios de la guerra, en parte oculta por un manto que aporta movimiento a la composición. Luce el Toisón de Oro, la banda y la espada, de la que solo queda el pomo. Detrás de su pierna derecha, con la pisa triunfante de un casco de fisonomía grotesca, aparece un águila, símbolo de Júpiter y de los Austrias.
(Imagen de la escultura de María de Hungría en la Galería Central del Prado)
La reina María de Hungría. Leone Leoni (1509-1590). 1564. Bronce. Firmado y fechado. Destacada mecenas y amante de las artes, María (1505-1558), hermana de Carlos V, se casó en 1521 con el rey Luis II de Hungría, que murió solo cinco años más tarde. Entre 1531 y 1555 fue gobernadora de los Países Bajos. En esta estatua, encargada a Leone en 1548, aparece vestida de viuda, con un atuendo de movimiento reposado y extrema sobriedad, con toca y estola rematada con cruces, mientras sostiene un misal. La inscripción sobre la peana reza en latín: “Reina María de Hungría [esposa] del rey Luis de Hungría”.
(Imagen de la escultura de Isabel de Portugal en la Galería Central del Prado)
La emperatriz Isabel. Leone Leoni (1509-1590). 1564. Bronce. Firmado y fechado. Lectora de Marco Aurelio y de Erasmo, la emperatriz Isabel (1503-1539) desempeñó un relevante papel político como gobernadora del reino durante las prolongadas ausencias de su esposo, el emperador Carlos. Para la fisonomía de esta imagen póstuma de la emperatriz, Leone Leoni se inspiró en un retrato de Tiziano. Por otro lado, la posición frontal debe mucho a la figura de Margarita de Austria incluida en la tumba del emperador Maximiliano I en Innsbruck. Isabel viste una lujosa saya cortesana, cuidadosamente labrada con un rico repertorio de grutescos. Los detalles finales fueron cincelados en Madrid por los plateros Felipe Jusarte y Micael Méndez, supervisados por Pompeo Leoni.
(El emperador Carlos V. Bronce de Pompeo Leoni)
El emperador Carlos V. Pompeo Leoni (h. 1530-1608). h. 1555. Bronce. Firmado. Carlos (1500-1558), rey de España desde 1516 y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1520, porta una armadura inspirada en la que llevaba en la batalla de Mühlberg (1547). Sobre el pecho luce un medallón con un Cristo con la cruz, que evoca el de la iglesia de Santa María sopra Minerva de Roma que esculpiera Miguel Ángel, y dos Victorias en las hombreras. El busto descansa en un águila, como símbolo heráldico, flanqueada por dos desnudos, masculino y femenino, asimismo de tradición miguelangelesca.
El rey Felipe II. Pompeo Leoni (h. 1530-1608). 1564. Bronce. Firmado y fechado. Felipe II (1527-1598) fue además, por su matrimonio con María Tudor, rey de Inglaterra entre 1554 y 1558. Esta escultura fue encargada por la tía del monarca, María de Hungría, para la galería escultórica de retratos familiares que proyectó para el palacio de Binche, cerca de Bruselas. Fundida en 1551, acabada en los años siguientes y firmada en 1564. Felipe porta el bastón de mando y la espada y se le representa con manto y una armadura ricamente decorada. En la base se incluye la siguiente inscripción: “Felipe, rey de Inglaterra, hijo de Carlos V”.
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