“¡Vive Atenea!”, de Agapito Maestre; “Así funciona la ‘trampa del paro’ en España: en un año las posibilidades de encontrar empleo se hunden un 74%”, de Javier Esteban; “El Gobierno rechaza explicar los vuelos personales de Begoña en el Falcon: «Son materia clasificada»”, de Ramiro Fdez-Chillón; “El PIB de Estados Unidos desmonta la rabieta de los aranceles”, de Daniel Lacalle; y “La flotilla de Gaza: nada es lo que parece”, de Juan Rodríguez Garat
(Viñeta de Tomás Serrano en El Español el pasado día 30)
¡VIVE ATENEA!
Artículo de Agapito Maestre publicado en Libertad Digital el pasado día 1
Bienvenida sea Atenea, si es que ayuda a la reconstrucción de un espacio público fracturado por todas partes.
España tiene solución, dice Iván Espinosa de los Monteros en un libro publicado por la Editorial Almuzara. ¡Fantástico! El título no es muy original, pero debemos aplaudir su optimismo. ¡Solo faltaba que este infierno en el que han convertido la vida pública y privada de España los políticos, empezando por Sánchez y terminando por el último concejal, no tuviera solución! Parece ser que le ha costado mucho escribir el libro, porque, según dice el propio Iván Espinosa de los Monteros en la entradilla de agradecimiento, no es escritor. Se agradece la sinceridad. Merece la pena transcribir entero el capítulo de agradecimiento para conocer un poco a este hombre:
«Escribir un libro, no siendo escritor, es un esfuerzo mayor del que parece, y no lo hubiera podido hacer sin la ayuda que me han prestado distintas personas. Manuel Pimentel, presidente de la Editorial Almuzara, y Ángeles López, mi editora y martillo pilón, me animaron a ponerme a escribir (y me insistieron varias veces, porque me costó arrancar), sin ponerme cortapisas al contenido. Matías Jove recopiló unas cuantas intervenciones mías del pasado que me han servido para estructurar el libro y centrar algunos pasajes. Florentino Portero me dedicó varias horas de conversación interesantísimas que me sirvieron para empezar a centrar muchas ideas. No siempre lo aproveché todo, ni del todo bien, pero varias personas expertas en diferentes áreas me sugirieron ideas que han sido útiles para distintas partes del libro: Rubén Manso en materia económica, Luis del Rivero en lo concerniente a la España verde, Juan Lasala en lo tocante a energía, una inspectora de Hacienda en excedencia en la parte de fiscalidad, José Luis Ruiz Bartolomé en materia de vivienda, Alejandro Macarrón en demografía, Malena Nevado en lo relativo a la Agenda 2030, José María García Valdecasas en lo que tiene que ver con el nacionalismo catalán, Guadalupe Sánchez en materia de Justicia, Juan Carlos Corvera en formación, e Ismael Clemente en lo relativo a la oportunidad tecnológica que afronta nuestro país. No hubiera podido escribir el libro sin la colaboración de todos ellos, por lo que estoy muy agradecido a cada uno.
Uno es en parte producto de lo que ha vivido y aprendido en casa, por lo que el agradecimiento a mis padres y hermanos es imprescindible y permanente. Además, llevo décadas escuchando buenas ideas de mi padre, Carlos Espinosa de los Monteros, algunas de las cuales mi hijo se ocupó de transcribir recientemente para este libro.
Por último, gracias a mi mujer, Rocío, y a mis hijos, por haber mostrado apoyo y comprensión en el inagotable proceso de escribir este libro.»
Con esta entradilla ya podemos hacernos una «idea» sobre la figura de Iván Espinosa de los Monteros. La familia y los amigos son, seguramente, los principales centros del devenir público (sic) de este hombre. Quizá también la política mueva los últimos resortes de su vida. Quizá. Sin embargo, se echa en falta en esta apertura que nada diga sobre su pasado político en VOX. Nada se comenta sobre su aprendizaje en esa formación política y, sobre todo, se guarda un silencio sepulcral sobre su «salida» de la dirección de ese partido. No hallamos en todo el libro un mínimo comentario acerca de su falta de persistencia en un proyecto político que ha cambiado no solo el mapa electoral de España sino también toda la vida política de nuestro país. Nada dice, en efecto, Iván Espinosa de los Monteros, sobre su pasado político en VOX. Solo se mencionan las siglas de este partido en apenas cinco ocasiones y a su líder, Santiago Abascal, ni se le cita. Extraño. El asunto causa, en verdad, extrañeza, sobre todo si pensamos que la publicación del libro ha sido una preparación para el lanzamiento de una plataforma que presentó la semana pasada con el nombre de Atenea, cuyo principal objetivo es poner de acuerdo a PP y VOX. ¿Por qué no lo intentó antes, sí, en los tiempos en que ocupaba puestos de gran responsabilidad en VOX? ¡Quién lo sabe!
A pesar de esta aleve observación a los destinos políticos de nuestro protagonista, bienvenida sea Atenea, si es que ayuda a la reconstrucción de un espacio público fracturado por todas partes. El nombre de la cosa inventada por este nuevo «héroe» de la sociedad civil permite conllevar con ilusión, no exenta de entusiasmo, el escepticismo que genera en todos aquellos observadores de la política española, especialmente en los que son, de natural, críticos con los políticos que lanzan la piedra y esconden el brazo. Sí, el nombre elegido para la nueva fundación de la llamada «sociedad civil» no puede ser más atractivo: Atenea. Grandiosa diosa griega, la más grande entre las grandes de esa civilización, que dirigía, guiaba por todos los caminos y nunca le abandonaba a Odiseo (Ulises). Homero, el educador más grande de Grecia, es actualizado con el nombre de esta plataforma: Atenea. Ojalá su presidente nunca olvide que Palas Atenea enseñaba siempre con el ejemplo. Sí, sí, sin el ejemplo carecería la enseñanza de Atenea, como nos mostraron nuestros grandes críticos del mundo clásico, de la fuerza de convicción que descansa en él.
Relea, el amigo Iván Espinosa de los Monteros, las palabras que el poeta griego, referencia imprescindible de la literatura universal, pone en boca de su diosa cuando esta se dirige a Telémaco. Es el argumento central para entender la importancia del motivo, o sea, del ejemplo para crear racionalidad: «No debes vivir ya como un niño», dice Atenea a Telémaco, «tienes demasiada edad para ello. ¿No has oído el alto honor que ha merecido Orestes en el mundo entero por el hecho de haber matado al pérfido asesino Egisto, que mató a su padre? También tú, amigo mío —veo que eres bello y gallardo— tienes la fuerza suficiente para que un día las nuevas generaciones te ensalcen.»
Artículo en: https://www.libertaddigital.com/opinion/2025-09-29/agapito-maestre-vive-atenea-7301478/
ASÍ FUNCIONA LA ‘TRAMPA DEL PARO’ EN ESPAÑA: EN UN AÑO LAS POSIBILIDADES DE ENCONTRAR EMPLEO SE HUNDEN UN 74%
Artículo de Javier Esteban publicado en El Economista el pasado día 30
Casi cuatro de cada diez desempleados españoles se encuentran en esta situación. Un parado senior tiene la mitad de probabilidades de encontrar trabajo que un joven. Una ‘bomba demográfica’ ha estallado en España y está rompiendo las costuras del mercado laboral.
El desempleo supone un trauma doble para 2,5 millones de personas en España. A la pérdida de un trabajo se suman las dificultades para encontrar otro, una búsqueda que puede extenderse meses o años bajo una presión constante, la de la amenaza de que cuanto más tiempo se pasa en desempleo más difícil es salir de él. Un análisis de Eurostat pone cifras a este retroceso de la empleabilidad: el primer año en paro implica un desplome del 74,3% en la tasa de transición del desempleo a la ocupación. Una caída que, además, se eleva con la edad.
Que existe una relación inversamente proporcional entre la duración de la búsqueda infructuosa de empleo y las posibilidades de salir del paro es un fenómeno muy conocido por los economistas, que con frecuencia lo vinculan a las ayudas al desempleo. En ese caso hablan de la ‘trampa del desempleo’: cuando las prestaciones y subsidios y otras ayudas suponen un desincentivo a la búsqueda de empleo, sobre todo en el primer año, cuando son más elevadas.
Pero muchos expertos precisan que la verdadera causa no está en la cuantía de las ayudas (las que reciben los parados de larga duración no superan, de media, los 500 euros en España, ni siquiera tras la última reforma), sino en el ‘efecto desánimo’ que hace que los parados confíen cada vez menos en la búsqueda de empleo. Con lo que la pelota pasa al tejado de las políticas activas de empleo que ponen en marcha los Gobiernos de cada país para ayudar a estas personas a salir del paro.
En todo caso, para explorar las causas y las medidas para acabar con la trampa del desempleo, es fundamental contar con datos de cómo funciona. Y esto es lo que se plantea la Oficina Europea de Estadísticas con una metodología experimental que compara las probabilidades de transición del paro al empleo, es decir, el porcentaje de parados que se convierten en ocupados, según el tiempo que mantiene en búsqueda de empleo. Esta métrica no se traduce en una reducción neta del paro porque nuevas personas pueden integrase en la cola del paro, pero es un buen indicador de lo que les cuesta salir de esa situación.
Así, el 26% de los desempleados españoles puede pasar a la ocupación, un porcentaje que sube al 35% para los que llevan menos de un año, pero se desploma al 9% para los que superan ese umbral y al 7% para los que llevan más de dos años. Es decir, la tasa se reduce a casi una cuarta parte cuando se pasa a la categoría de paro de larga o muy larga duración. Si lo expresamos en términos porcentuales, el descenso equivale a un 74,3%.
Entre los Veintisiete, el dato de España es superado solo por Bélgica (con un 78,8%), Eslovaquia (78,6%), Croacia (77,8%), Eslovenia y Grecia (ambos con el 75%). Nuestro país supera la media europea del 71% y se distancia claramente de las grandes economías europeas: Francia (que se anota un 69,7%) Alemania (66,7%) e Italia (61,9%). Mucho más lejos se sitúan Dinamarca, con un 35,5% o Letonia, con un 28,8%.
Aunque la particularidad de España es que es el país europeo con mayor nivel de desempleados. De los 2,5 millones de desempleados un 38,9% supera el año buscando trabajo y un 24,2% rebasa los dos años. Esto se traduce en un mayor volumen de población en riesgo de caer en la ‘trampa’.
Los jóvenes son los más beneficiados
Al analizar los datos por grupos de edad se aprecian diferencias notables. El porcentaje de parados españoles menores de 25 años que pasan a la ocupación es del 30%, frente al 28% de aquellos que se sitúan entre 25 y 54 años. Los mayores de 55 años apenas alcanzan el 15%.
Sin embargo, en el primer año en paro esas brechas se reducen: los jóvenes registran una tasa de trasvase a la ocupación del 37% y los seniors del 27%. Lo que ocurre es que esta situación no se mantiene según aumenta el tiempo buscando un trabajo.
Ningún grupo de edad está a salvo de la ‘trampa del desempleo’. Pero si comparamos el desplome en la empleabilidad tras el primer año, vemos que entre los jóvenes equivale a un 64%, 13 puntos inferior a la de un senior, que alcanzan el 77%.
La serie histórica de Eurostat comienza en 2011, en plena Gran Recesión y refleja un incremento de la empleabilidad para la media de los parados ha aumentado del 19% al 26%. Sin embargo, la mejoría para los jóvenes es más intensa, pasando del 17% al 30%, mientras que entre los mayores de 55 años se ha elevado del 8% al 15%.
Así, la cosas, la recuperación de la economía y el mercado laboral en la última década ha beneficiado a todos los parados, los menores de 25 son los que más han mejorado sus probabilidades de encontrar empleo. Algo que no responde solo al ciclo económico, sino también a otras variables como la menor tasa de abandono educativo.
En el extremo opuesto se sitúan los seniors, cuya probabilidad de conseguir un trabajo mantiene un claro desfase respecto a la del resto de desempleados. Lo cual también nos devuelve al potencial efecto de las prestaciones en la ‘trampa’ del de empleo. De hecho, la reforma de los subsidios aprobada hace un año llegó a plantear un endurecimiento de los subsidios para mayores de 52 años, si bien el rechazo de Unidas Podemos obligó al Gobierno a recular.
El plan pasa ahora por mejorar las políticas activas, si bien como hemos contado en elEconomista.es los primeros resultados de la evaluación llevada a cabo por Trabajo revelan que el desplome de la empleabilidad al convertirse en parado de larga duración sigue siendo un muro difícil de saltar y que frustra incluso la eficacia global de las medidas puestas en marcha por el Estado y las comunidades autónomas.
EL GOBIERNO RECHAZA EXPLICAR LOS VUELOS PERSONALES DE BEGOÑA EN EL FALCON: «SON MATERIA CLASIFICADA»
Artículo de Ramiro Fdez-Chillón publicado en El Debate el pasado día 29
El Ejecutivo ha esgrimido, tras una batería de preguntas del PP en el Senado, que «tanto los informes sobre movimientos de aeronaves militares como los planes de protección de autoridades y pasajeros sometidos a la misma» deben tratarse «con el máximo grado de protección»
Afinales del pasado mes de julio El Debate publicó una exclusiva en la que se reveló la documentación de la Moncloa en la que figura que la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, tiene un pasaporte diplomático y usa aeronaves del Ejército, como los conocidos Falcon, para viajes personales. Así, este periódico divulgó que la esposa de Pedro Sánchez asistió uno de estos aviones del Estado al concierto de despedida de Joan Manuel Serrat o al homenaje de Pedro Almodóvar, y en ambos casos pretextando que eran actos que figuraban en la agenda del jefe del Ejecutivo.
De esta forma, el Grupo Parlamentario Popular en el Senado presentó una batería de preguntas en verano –firmada por su portavoz, Alicia García, y por el senador Francisco Bernabé– en la que aseguraban que «el diario digital El Debate, con fecha 24-07-2025, ha publicado una noticia en la que pone de manifiesto que, desde Presidencia del Gobierno, se les ha informado de que la esposa del presidente, Begoña Gómez, ha utilizado los Falcon para desplazamientos de índole privada».
Además, el escrito de los ‘populares’ indica que «esa información, relativa a la utilización de recursos públicos en actividades privadas de la citada señora, ha sido requerida al Ejecutivo en numerosas ocasiones desde 2023 por parte del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, sin que la misma nos haya sido facilitada en ninguna ocasión hasta la fecha».
En consecuencia, la formación que encabeza Alberto Núñez Feijóo pregunta al Gobierno de Sánchez «en cuántas ocasiones la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, ha utilizado las citadas aeronaves del Ejército del Aire y del Espacio», y «en qué fechas se han producido esos desplazamientos». «¿Cuáles han sido los destinos y la duración de los mismos hasta su vuelta a Madrid? ¿Qué motivo ha justificado dichos vuelos? Excluyendo al personal de seguridad, ¿quiénes han sido sus acompañantes en cada uno de esos viajes», se añade en el cuestionario.
La respuesta del Gobierno –que data del 22 de septiembre de 2025 y a la que ha tenido acceso El Debate– rechaza detallar al PP los viajes de Begoña Gómez en el Falcon ya que se trata de «materia clasificada con el máximo grado de protección». «En relación con la pregunta de referencia, se informa de que en virtud del Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986, en relación con la Ley 9/1968 de 5 de abril, reguladora de los Secretos Oficiales, y modificada por la Ley 48/1978 de 7 de octubre, tanto los informes sobre movimientos de aeronaves militares como los planes de protección de autoridades y pasajeros sometidas a la misma, y en concreto, los informes y datos estadísticos sobre movimientos de fuerzas, buques o aeronaves militares, deben tratarse como materia clasificada con el máximo grado de protección», se indica en el escrito parlamentario.
EL PIB DE ESTADOS UNIDOS DESMONTA LA RABIETA DE LOS ARANCELES
Artículo de Daniel Lacalle publicado en La Razón el pasado día 28
Hace unos meses, en marzo, tuve un desafortunado encuentro en la fiesta de cumpleaños de un buen amigo y colega. Un autoproclamado «experto», me dijo que sabía «exactamente» lo que ocurría en Estados Unidos y espetó, con inusitada agresividad y virulencia, que las políticas del presidente Trump llevaban al país a una recesión inminente, inflación desbocada, «peor que en 2021», que se «hundiría» la inversión, y que España sí que iba bien. Intenté darle mis argumentos, pero cerró la «conversación» chillándome: «Si tanto te gusta Estados Unidos, vete allí». Me dio la espalda y se fue.
Desde entonces hemos visto la bolsa dispararse a máximos históricos, la demanda de inversores extranjeros de deuda de Estados Unidos aumentar y los datos de crecimiento e inversión mejorar de manera significativa, y el empleo privado crece con salarios reales aumentando mientras se eliminan casi 100.000 empleos públicos.
Estados Unidos crece mucho más y lo hace reduciendo el gasto público, mientras que España crece dopando el PIB con fondos europeos, aumento de gasto público e inmigración.
Según los últimos datos oficiales publicados por el Bureau of Economic Analysis (BEA), el PIB crece a un ritmo anualizado del 3,8%, muchísimo mejor que lo previsto por los analistas, que solo hace seis meses esperaban una recesión, y consolidando a la economía norteamericana como la más dinámica entre las grandes potencias avanzadas.
El motor de la economía estadounidense ha sido el consumo privado, que creció un 2,5% anual, impulsado especialmente por los servicios y la potente demanda de bienes. El consumo aportó cerca de 1,7 puntos porcentuales al crecimiento total, creciendo de manera especialmente positiva en sectores como el ocio, la salud y el comercio minorista.
La inversión empresarial que se «hundía» según mi estimado contertulio, crece al ritmo más alto desde 2021. La inversión en equipamiento industrial y propiedad intelectual subió más de un 8% y un 15%, respectivamente. El sector tecnológico, los servicios y especialmente los activos ligados a la inteligencia artificial e infraestructura digital muestran un récord histórico de inversiones.
Y lo más importante: el crecimiento se sostiene en el sector privado, ya que el gasto público se ha reducido notablemente. El gasto público federal ha caído un 5,3% en el segundo trimestre tras reducirse un 5,6% en el primer trimestre. Y eso que la Administración Trump ha heredado un presupuesto que estaba consumido en un 97% con las medidas de extensión de Biden. El gasto público no ligado a defensa ha caído un 20% en seis meses.
El déficit de Estados Unidos desde marzo ha bajado todos los meses con respecto a 2024, y las proyecciones del CBO han pasado de estimar un aumento del déficit entre 2025 y 2035 a una reducción de casi 4 billones (https://www.cbo.gov/publication/61697). El déficit de agosto de 2025 fue de 345.000 millones de dólares, 35.000 millones menos que el año anterior, y la diferencia corregida por desplazamiento de pagos llega a una mejora de 43.000 millones respecto a agosto 2024. Recordemos que el 97% del presupuesto de 2025 está comprometido o gastado por las extensiones que firmó Biden en octubre y noviembre de 2024.
El sector privado añadió más de 350.000 empleos durante los primeros ocho meses de 2025, mientras el empleo público se ha cercenado en 97.000. Los salarios están aumentando un 4,2%, lo que significa que los salarios reales crecen tras años de caídas con Biden. Además, la reducción de importaciones (-29%) indica un mayor giro hacia la producción nacional, acentuado por la política arancelaria, sin generar presiones inflacionarias adversas.
La fortaleza del crecimiento se ha logrado manteniendo la inflación bajo control. El índice PCE –referencia clave para la Reserva Federal– se sitúa en el 2,6% interanual en julio y agosto de 2025, apenas por encima del objetivo, reflejando estabilidad de precios. El CPI (índice de precios al consumidor) alcanzó el 2,9%, y el PPI (índice de precios al productor) está en solo un 2,3% anual, señal de que la inflación mensual es igual a la de los meses de agosto a octubre 2024 y la presión de los aranceles no se traslada al consumidor.
No hay evidencia de efectos negativos de los aranceles sobre la inflación ni impacto severo en los precios agregados como estimaban algunos. El consumidor norteamericano mantiene su poder adquisitivo sin vcambios. Suben los salarios reales y los ingresos disponibles han subido un 3,1%, y el índice de confianza de las pequeñas empresas (WSJ/Vistage) alcanzó en septiembre de 2025 su nivel más alto en 8 meses.
Lo más triste de la rabieta de los aranceles y la narrativa anti-Trump es que esa misma gente que ha difundido semejante campaña estuvo callada ante la debacle económica generada por la administración Biden, que disfrazaba el PIB y el empleo con gasto descontrolado, deuda y empleo gubernamental.
No habrás escuchado a ninguno de los que claman al cielo contra Trump indignarse ante la evidencia de que la cifra de empleo difundida por la administración Biden estaba inflada por dos millones de empleos fantasma.
Estados Unidos vuelve a mostrar que es la economía más dinámica del mundo y que las políticas de oferta funcionan. Crecimiento firme, consumo potente, inversión creciente y reducción del sector público con control efectivo de la inflación.
Lo siento, socialdemócratas. Estados Unidos se fortalece y con crecimiento productivo, no calorías vacías del sector público.
LA FLOTILLA DE GAZA: NADA ES LO QUE PARECE
Artículo de Juan Rodríguez Garat publicado en El Debate el pasado día 28
Sea lo que sea lo que nuestro Gobierno pretende que creamos, lo que de verdad va a ocurrir —incluso si, como todos esperamos, no ocurre nada— no es en absoluto insustancial
Si atendiéramos a las declaraciones de sus promotores, la flotilla de Gaza es una embajada de buena voluntad que surca los mares con el noble objetivo de abrir un corredor marítimo para cumplir lo que, después de todo, es un mandato evangélico: dar de comer al hambriento. Pero, por desgracia, cuando entra en juego la política nada es lo que parece. Habría que ser ciego para no ver que con ese batiburrillo de embarcaciones viejas o de recreo es imposible burlar la vigilancia de una marina competente como es la de Israel. Disculpe el lector ingenuo el posible spoiler, pero el final de esta película lo conocemos todos: no habrá entrega de víveres a los necesitados y sí deportaciones de quienes traten de entrar en las aguas de jurisdicción israelí.
¿Qué pretenden los promotores de la flotilla?
Parece, pues, bastante seguro interpretar los hechos de una manera diferente a la que se nos dice. Bajo la apariencia de la ayuda humanitaria, la flotilla de Gaza quiere llevar a Israel —y, sobre todo, a los medios de comunicación occidentales— una ruidosa protesta sobre lo que está ocurriendo en la Franja. Una protesta desde luego legítima en Occidente —no así en Rusia— que, como todas, solo deja de serlo cuando vulnera la ley… es decir, cuando trata de entrar en las aguas territoriales que Israel controla como lo que es, la potencia ocupante del enclave desde la ya lejana Guerra de los Seis Días.
Las convenciones de Ginebra reconocen ciertos derechos a quienes tienen la desgracia de sufrir la ocupación de su territorio, aunque en el caso de Gaza haya sido desde fuera de la valla a partir de la retirada voluntaria de Israel en 2005. Técnicamente, la Franja sigue considerándose bajo régimen de ocupación porque su enemigo controla todas sus fronteras, incluidas la marítima y la aérea. Es verdad que no todos los derechos de los palestinos han sido respetados históricamente —mucho menos respeta Putin los de los ucranianos sin que le parezca mal a nuestra izquierda militante— pero ninguno de ellos ampara a quienes tratan de entrar en la Franja sin permiso del Gobierno de Tel Aviv.
¿Qué intenciones tiene el Gobierno israelí?
Tampoco el Gobierno israelí se libra de aparentar lo que no es. Le hemos oído decir que detendrá a la flotilla para impedir que corran los riesgos propios de una zona de guerra. Tan generosa afirmación sería más convincente si no le hubiéramos escuchado casi a la vez amenazar a los manifestantes con aplicarles la ley antiterrorista. Amenaza vana porque todo el mundo sabe que en Israel los tribunales son independientes y, al contrario que en Rusia, no castigarán delitos que no se hayan cometido solo porque se lo pida el Gobierno de turno.
Por cierto, también saben perfectamente que no serán condenados los navegantes de fortuna que viajan en los buques de la flotilla. De lo contrario, no estarían allí. Sin embargo, ellos fingen dudar. ¿Qué mérito tendrían sus actos si no vinieran acompañados de ese valor sereno que caracteriza a los adalides de la humanidad?
¿Qué pretende el Gobierno español?
Entre tanto fingimiento, finge también el Gobierno español, aunque en su caso es más fácil saber por qué lo hace —encontraríamos la respuesta en cualquier manual de resistencia— que adivinar exactamente qué es lo que quiere aparentar. ¿Es prudencia o arrojo? ¿Esperanza o desesperación? Tal ambigüedad —me encantaría pensar que es calculada, pero es más probable que esté ahí introducida para responder con flexibilidad a lo que en cada momento pueda parecer que lograría atraer más votos entre los españoles— oculta entre la niebla de la política el papel que se espera que desempeñe el BAM Furor. Hemos oído de todo. ¿Asistir? ¿Proteger? ¿Apoyar diplomáticamente? ¿Rescatar? No se inquiete el lector indebidamente. Puede que el presidente del Gobierno no pero, aunque no lo conozco personalmente, estoy convencido de que el comandante del buque es un profesional que sabe lo que hace.
Dejando pues lo que suceda en la mar en manos competentes, volvamos al terreno de la política, el único que parece importar en estos días revueltos que vive España. Sea lo que sea lo que nuestro Gobierno pretende que creamos, lo que de verdad va a ocurrir —incluso si, como todos esperamos, no ocurre nada— no es en absoluto insustancial. La bandera nacional, a bordo de un buque de Armada —no importa si es un patrullero o un portaviones— ondeará frente a la Franja apoyando a quienes se manifiestan contra la guerra de Gaza.
La verdad desnuda… y algunas preguntas adicionales
Así pues, es España la que se va de manifestación, impulsada por un cálculo electoralista de su Gobierno y —sería de necios negarlo— por el creciente rechazo que provocan en la opinión pública nacional los crímenes de guerra por los que está justamente imputado Netanyahu. Expuesta la tesis, me permitiré conceder un turno de preguntas que, a falta de manos levantadas entre los lectores, tendré la desfachatez de hacerme yo mismo.
¿Prohíbe el derecho internacional el uso político de un buque de guerra? ¿Va contra los usos y costumbres de la diplomacia militar? En absoluto. No es ahí donde está el problema. Las Fuerzas Armadas de cualquier nación son, además de salvaguarda de su soberanía e integridad territorial, herramientas de su política exterior. Si el presidente decide emplear al Furor para dar un mensaje político —algo que rara vez nos gusta a los militares— no hará más que lo que centenares de líderes democráticos o autoritarios han hecho antes que él.
¿Legal entonces? Tampoco exactamente. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia para retorcer lo que a todos parece recto, pero la Ley Orgánica de la Defensa Nacional me parece que deja poco margen a la interpretación: «Para ordenar operaciones en el exterior que no estén directamente relacionadas con la defensa de España o del interés nacional, el Gobierno realizará una consulta previa y recabará la autorización del Congreso de los Diputados.» El Gobierno podrá alegar que es él quien define qué es lo que está directamente relacionado con el interés nacional pero, si así fuera, ¿qué sentido tiene el artículo? ¿Habrá que entender que solo debe aplicarse cuando un Gobierno pretenda emplear a las Fuerzas Armadas para algo tan caprichoso que ni siquiera esté directamente relacionado con la defensa de nuestros intereses? Más había en juego en la operación Atalanta —el secuestro de dos buques españoles, entre otras cosas— y el Gobierno de la época, también socialista, solicitó y obtuvo la aprobación casi unánime del Congreso para enviar a nuestros buques a las aguas de Somalia. ¿Por qué la diferencia? No nos engañemos: solo huye del debate quien tiene algo que ocultar.
¿Es necesario recurrir a la Armada? Cuando una fuerza militar se enfrenta a embarcaciones como las que forman parte de la flotilla de Gaza ocurre lo inevitable. Lo hemos visto estos días en los videos con los que un Trump alborozado presume ante el mundo de la destrucción de lanchas venezolanas al servicio del narcotráfico. Videos que nada tienen que ver con los que han enviado los manifestantes a los medios en estos días. Dándoles a sus líderes un margen de confianza que quizá no merezcan, la flotilla puede haber sido hostigada con drones comerciales de procedencia indeterminada que no han causado daños de consideración. Sí hubo, creo recordar, un ciclista herido en la última vuelta a España y no se desplegó el Ejército para protegerlos.
¿Es peligroso enviar un BAM a mostrar la bandera frente a las costas de Gaza? En absoluto. Crea el lector que no existe ninguna posibilidad de que una chispa en el Mediterráneo oriental agrave la crisis que ya existe en las relaciones entre Madrid y Tel Aviv. Las cosas no ocurren así. En los bosques de la estrategia no son las colillas mal apagadas las que causan los incendios, sino las que se dejan deliberadamente encendidas por quien desea provocar un conflicto. Algo que no sucederá porque no conviene a Israel y menos a España.
¿Es, en definitiva, oportuno lo que ha ordenado el presidente Sánchez? Una persona, un voto. Si me preguntaran a mí, diría que no. ¿Por qué? Porque, por encima de los cálculos electorales, a todos nos conviene el final de la guerra. Nuestro Gobierno, unido a los demás de la UE, quizá podría presionar a Hamás para que libere a los rehenes y a Netanyahu para que se resigne a un final de la guerra que no va a ser perfecto y empiece a afrontar los problemas reales que traerá la paz. Pero de nada servirá lo que hagamos si cada líder decide hacer de su capa un sayo y, en lugar de ceder un poco para encontrar una postura común, tira alegremente por el camino que le dé mas votos en su propio país. No es el nuestro el único culpable, pero desde luego es uno de ellos.
No puedo terminar esta columna sin dejar constancia de que la atípica coincidencia con la Italia de Meloni es, como todo en este artículo, solo apariencia. Las fragatas italianas tienen orden y medios para proteger la navegación de la flotilla, pero no la apoyarán para que intente romper el bloqueo de Gaza. Exactamente lo contrario que parece ocurrir con nuestro Furor. Trasladando el asunto a un terreno con el que los lectores estarán más familiarizados, es posible que el Gobierno de Italia hubiera desplegado a sus carabinieri para proteger su Giro, como hizo el de España con las fuerzas de orden público en el último día de la vuelta. Pero ahí habría terminado toda coincidencia. En Roma seguramente habrían protegido a los corredores en lugar de aplaudir a quienes interrumpieron la carrera. Cosas de la política.
Artículo en: https://www.eldebate.com/internacional/20250927/flotilla-gaza-nada-parece_338638.html
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