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DEFENSA PLANETARIA Y RIESGOS INESPERADOS

Advertencia científica: errores al desviar asteroides podrían causar colisiones futuras

Un estudio revela que desviar un asteroide sin precisión puede alterar su órbita y hacerlo regresar en el futuro, planteando nuevos retos para la seguridad global

Periodista Digital 12 Sep 2025 - 19:37 CET
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En la era de la defensa planetaria, la humanidad celebra hitos como el logrado por la misión DART de la NASA, que en septiembre de 2022 logró modificar la órbita del asteroide Dimorphos mediante un impacto controlado. Sin embargo, recientes investigaciones han destapado que estas maniobras pueden tener consecuencias inesperadas que van mucho más allá del éxito inicial. El nuevo estudio, liderado por el equipo de Tony Farnham en la Universidad de Maryland, advierte que desviar un asteroide mal podría terminar transformándolo en una amenaza diferida para nuestro planeta.

A día de hoy, 12 de septiembre de 2025, los científicos están reevaluando los riesgos asociados a los impactos cinéticos. El motivo: el fenómeno de los keyholes gravitacionales, esas pequeñas zonas invisibles del espacio donde una alteración milimétrica en la trayectoria de un asteroide puede hacer que regrese en una futura órbita… y colisione con la Tierra.

¿Qué son los «keyholes gravitacionales»?

Imaginemos el espacio como una inmensa mesa de billar cósmico. Los keyholes funcionan como pequeños orificios virtuales sobre esa mesa: si el asteroide pasa justo por uno tras ser desviado, puede recibir una especie de “pase directo” hacia una futura colisión planetaria. La gravedad tanto de la Tierra como de otros cuerpos celestes modifica lentamente las trayectorias, y esas zonas actúan como atajos orbitales.

Un impacto mal calculado, lejos de salvarnos, podría alterar el rumbo del asteroide y dirigirlo exactamente hacia uno de esos keyholes. Es decir, una desviación insuficiente o mal orientada puede dejar sembrada una amenaza para décadas o incluso siglos después.

El caso DART: ciencia real y lecciones aprendidas

El experimento DART era sencillo en teoría: lanzar una nave a alta velocidad contra un pequeño satélite asteroidal y observar cómo cambiaba su órbita. Pero tras el impacto, las cámaras del satélite italiano LICIACube revelaron que no solo se modificó la trayectoria esperada: también se expulsaron más de cien grandes rocas y fragmentos que aportaron energía adicional al sistema.

Este caos fragmentario obliga a replantear los modelos clásicos para desviar asteroides. En palabras del equipo investigador, “jugar al billar cósmico ignorando los fragmentos es apostar a ciegas por nuestra seguridad”.

Implicaciones estratégicas para la defensa planetaria

La defensa contra asteroides ya no consiste solo en calcular dónde golpear. Ahora es imprescindible analizar:

Un error de cálculo podría enviar al asteroide directamente hacia un keyhole gravitacional peligroso, generando escenarios en los que el objeto regrese años después con destino directo a nuestro planeta.

La Agencia Espacial Europea prepara para 2026 la misión Hera, destinada a estudiar en detalle las secuelas del impacto DART y a proporcionar datos clave para futuras estrategias defensivas. El objetivo: anticipar todas las variables físicas y gravitacionales implicadas antes de ejecutar cualquier maniobra contra un objeto potencialmente peligroso.

Ciencia, exploración espacial y seguridad global: ¿qué nos jugamos?

El reto va más allá del cálculo orbital. La defensa planetaria implica coordinar esfuerzos internacionales para monitorizar miles de objetos cercanos a la Tierra (NEOs), identificar sus trayectorias futuras y decidir cuándo—y cómo—intervenir.

Desde el punto de vista medioambiental, incluso una colisión indirecta (por ejemplo, con la Luna) podría tener efectos secundarios insospechados: eyección de material lunar hacia la Tierra o daños en infraestructuras espaciales críticas.

Las políticas espaciales defensivas deben incorporar ya estos nuevos hallazgos científicos. Como diría cualquier experto en cine apocalíptico… “No basta con disparar primero y preguntar después”.

Curiosidades científicas para mirar el cielo con otros ojos

Así que la próxima vez que mires las estrellas y te preguntes si estamos preparados para defendernos… recuerda que cada golpe cuenta, pero contar bien es lo más importante.

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