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MUNDO CRUEL

El león contra el elefante, el águila contra el lobo, la anaconda contra el cocodrilo…

El duelo aéreo de las águilas arpías

Fernando Veloz Actualizado: 10 Nov 2025 - 06:47 CET
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El elefantito planta cara a 14 feroces leonas y… ¡gana!

Brutales peleas entre animales salvajes.

El león contra el elefante, el águila contra el lobo, la anaconada contra el cocodrilo…

La ley de la selva es el nombre dado popularmente al funcionamiento social en ausencia de toda ley, presuponiendo que se impondrá la tiranía de los más fuertes, en analogía al funcionamiento, real o supuesto, del mundo animal.

Generalmente implica una valoración negativa de dicha «ley«, y una defensa de la existencia de la Ley y el Orden.

También se llama la ley del más fuerte.

Esto también hace referencia a:

«El pez grande se come al chico»

El verdadero significado de esta es que el más fuerte predomina sobre los demás, pero para uno más fuerte hay otro más fuerte.

Un espectáculo brutal y fascinante en el reino animal

En la naturaleza, la supervivencia no entiende de piedad. La ley del más fuerte rige los ecosistemas con una crudeza que, aunque implacable, es esencial para el equilibrio de la vida. A continuación, exploramos ejemplos vibrantes y estremecedores de cómo esta regla se manifiesta en el reino animal, donde la fuerza, la astucia y la ferocidad determinan quién vive y quién perece.

El rugido del león: el rey de la sabana

En las vastas llanuras del Serengeti, el león encarna la supremacía. Con sus poderosas mandíbulas y un rugido que resuena a kilómetros, este depredador no solo caza presas como cebras y ñus, sino que también impone su dominio sobre otros carnívoros. Los hienas, aunque formidables en grupo, suelen ceder ante un león macho que defiende su territorio. En un combate directo, la fuerza bruta del león, capaz de derribar animales que duplican su peso, lo convierte en un símbolo vivo de la ley del más fuerte.

El duelo aéreo de las águilas arpías

En las selvas de Sudamérica, el águila arpía reina como una depredadora implacable. Con garras del tamaño de las de un oso, esta ave puede arrancar monos y perezosos de las copas de los árboles con una precisión letal. Su fuerza es tal que incluso los jaguares, otros titanes de la selva, evitan enfrentarse a ella. La lucha por el territorio entre águilas arpías es un espectáculo aterrador: vuelos en picada, choques violentos y gritos que resuenan en la selva, donde solo la más fuerte prevalece.

La astucia mortal del cocodrilo del Nilo

En los ríos africanos, el cocodrilo del Nilo es un maestro de la emboscada. Con una mordida que ejerce una presión de hasta 2.000 kilos, este gigante acuático atrapa a sus presas con una rapidez fulminante. Durante las migraciones de ñus, estos cocodrilos aprovechan el caos para cazar a los más débiles o despistados, demostrando que, en el agua, la fuerza bruta combinada con la paciencia es imbatible.

La batalla de los titanes: elefantes contra rinocerontes

En raras ocasiones, los colosos de la sabana, como elefantes y rinocerontes, chocan en disputas territoriales. Un elefante macho adulto, que puede pesar hasta 7 toneladas, usa su tamaño y colmillos para intimidar a rivales. Sin embargo, un rinoceronte, armado con su cuerno y una piel que parece una armadura, no se amedrenta fácilmente. Estos enfrentamientos, aunque poco comunes, son un recordatorio de que, en la naturaleza, la supremacía física a menudo decide el destino.

El reino de las hormigas guerreras

No todo se trata de tamaño. Las hormigas legionarias de África operan como un ejército implacable. En enjambres de millones, atacan presas mucho más grandes, desde insectos hasta pequeños mamíferos, abrumándolas con su número y ferocidad. Ni siquiera las arañas o escorpiones más venenosos pueden resistir su asalto colectivo, un ejemplo de cómo la fuerza en números puede ser tan letal como un solo depredador poderoso.

La naturaleza no miente: en el reino animal, la ley del más fuerte es una danza brutal de poder, estrategia y resistencia. Cada especie, desde el majestuoso león hasta la diminuta hormiga, encuentra su lugar en esta lucha eterna, demostrando que la supervivencia es el trofeo de los más aptos.

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