El estado de salud de los presidentes de Estados Unidos siempre ha sido objeto de escrutinio, y con Donald Trump no ha sido diferente. A sus 78 años, el mandatario ha sido evaluado recientemente en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, donde los resultados apuntan a un estado físico y cognitivo óptimo. Según el capitán Sean P. Barbabella, médico presidencial, Trump está «plenamente capacitado» para desempeñar sus funciones como comandante en jefe. Más allá de los resultados clínicos, este reporte subraya la importancia que los norteamericanos otorgan al bienestar físico de su presidente, un símbolo de fuerza y estabilidad para la nación.
El informe destacó que Trump ha perdido nueve kilos desde 2020, bajando su peso a 101 kg. Además, sus niveles de colesterol total han mejorado significativamente gracias a medicamentos como rosuvastatina y ezetimiba, alcanzando un saludable valor de 140 mg/dL. Su presión arterial (128/74 mmHg) y frecuencia cardíaca en reposo (62 latidos por minuto) también se encuentran en parámetros ideales. Estos datos confirman que el presidente está cuidando su salud mediante un estilo de vida activo.
El golf: más que un hobby, una herramienta terapéutica
Una característica destacada del informe médico es el papel que el golf juega en la vida de Trump. Este deporte no solo es una pasión personal del presidente, quien presume haber ganado torneos recientes en sus propios clubes en Florida, sino también una fuente de ejercicio físico moderado. Según estudios médicos, actividades como el golf pueden mejorar la salud cardiovascular al estimular la circulación sanguínea y reducir los niveles de estrés. En este caso, parece ser una pieza clave del bienestar general del mandatario.
Es interesante notar que Trump se enfrenta a desafíos propios del envejecimiento —como pequeñas lesiones dermatológicas causadas por la exposición solar— pero sin afecciones graves detectadas. Incluso su rendimiento cognitivo es sobresaliente: obtuvo una puntuación perfecta en el test MoCA (Montreal Cognitive Assessment), diseñado para evaluar habilidades como memoria y atención.
La obsesión estadounidense con la salud presidencial
El estado físico del presidente siempre ha sido un tema candente en Estados Unidos, donde se percibe como un reflejo del liderazgo y la capacidad para tomar decisiones bajo presión. Esta preocupación no es nueva; desde Franklin D. Roosevelt hasta John F. Kennedy, los mandatarios han enfrentado escrutinio sobre su salud debido al impacto potencial en la gobernabilidad. En el caso de Trump, este interés cobra especial relevancia considerando que es uno de los presidentes más longevos en asumir el cargo.
La publicación detallada del informe médico también responde a demandas públicas de transparencia. Aunque algunos críticos sugieren que este tipo de reportes podrían ser utilizados con fines políticos, la Casa Blanca insiste en que son una muestra del compromiso con la confianza ciudadana.
Curiosidades científicas: ¿por qué cuidarse importa más después de los 70?
La ciencia respalda los beneficios de mantener un estilo de vida saludable a cualquier edad, pero estos son aún más notables en adultos mayores. A partir de los 70 años, el cuerpo experimenta cambios metabólicos significativos: disminuye la masa muscular y ósea mientras aumentan los riesgos cardiovasculares y metabólicos como el colesterol alto o la diabetes.
Un dato fascinante sobre el colesterol es cómo afecta directamente al riesgo cardiovascular. Este compuesto graso se acumula en las arterias cuando está elevado, dificultando la circulación sanguínea e incrementando las probabilidades de infartos o accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, medicamentos como las estatinas (que toma Trump) han demostrado ser altamente efectivos para reducir estos riesgos al controlar los niveles lipídicos.
Además, estudios recientes han destacado cómo actividades físicas moderadas —como caminar o jugar golf— pueden mejorar no solo la salud física sino también la emocional al liberar endorfinas y reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés). Curiosamente, quienes mantienen una vida activa a edades avanzadas suelen tener mejores puntuaciones cognitivas y menor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
Anécdotas sorprendentes sobre presidentes y su salud
La historia médica presidencial está llena de episodios curiosos. Por ejemplo:
- Theodore Roosevelt, conocido por su vigor físico, practicaba boxeo incluso durante su presidencia.
- John F. Kennedy ocultó problemas graves como dolor crónico debido a lesiones en la espalda.
- Woodrow Wilson sufrió un derrame cerebral mientras estaba en el cargo, pero su esposa Edith asumió muchas tareas ejecutivas sin conocimiento público.
En cuanto a Trump, su reciente recuperación tras un intento fallido de asesinato —que dejó cicatrices visibles— añade otra capa a la narrativa sobre su fortaleza física.
En definitiva, más allá del espectáculo mediático que rodea su figura política, Donald Trump parece estar desafiando las expectativas sobre lo que significa mantener una buena salud a casi ocho décadas de vida. Puede que sea controvertido en muchos frentes políticos e ideológicos, pero si algo queda claro tras este chequeo médico es que sigue jugando «el partido» con energía… ¡y probablemente con algún putt ganador!
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