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En general el pescado es muy nutritivo, pero proporcionalmente menos que la mayoría de los animales terrestres y aviares, aunque ha conspirado contra su mayor consumo al menos un par de factores, la menor saciedad que suelen provocar las carnes de pescado en relación a las de aves y de mamíferos, y las mayores dificultades de conservación (la conservación por ahumado y salazón es eficaz pero insume por lo general más gastos energéticos que la conservación de la carne de las aves y otros animales ya que, para el desarrollo de gérmenes patógenos casi siempre la carne de pescado presenta lo que técnicamente se conoce como un mayor punto de actividad acuosa). Por otra parte, como se verá, el salado o la salazón y, más aún, el ahumado, conllevan riesgos para la salud. Desde fines del siglo XIX merced a los avances de la conservación por frigorífico o con envasado al vacío los problemas de conservación se están superando ampliamente.
En líneas generales, todas las variedades de pescado son ricas en proteínas y minerales esenciales; el pescado de agua salada (el que se pesca en el mar) suele ser excepcionalmente rico en ácidos grasos, en especial ácidos grasos insaturados, omega 3 y minerales como el yodo, cinc, fósforo y selenio, según wp. Tales elementos combaten los efectos nocivos del colesterol LDL beneficiando inmediatamente al sistema circulatorio y, así, a toda la salud. Estos elementos incluso refuerzan al sistema inmune contra los carcinomas (por ejemplo existen algunas evidencias al respecto muy notorias en el cartílago de tiburón). El hígado de muchos pescados (por ejemplo el del bacalao) es muy rico en vitamina D.
Para no tomar decisiones poco saludables cuando comes fuera, te recomendamos evitar estos tipos de pescado cuando estés en un restaurante, según recoge Ysabel Taberner Lopez en todo-mai:
1. Pargo rojo
El pargo rojo es una de las víctimas más comunes cuando se trata de fraude con pescados. Según Lori Shmek, experto en la materia, «la investigación ha demostrado que el 74% de los restaurantes de sushi y el 38% de los restaurantes corrientes clasifican mal los mariscos, y el pargo encabezó la lista». Además, la población de pargo rojo del Golfo se ha desplomado recientemente debido a la sobrepesca, que es otra razón para evitar comerlo con demasiada frecuencia.
2. Tilapia
Si comes pescado para obtener una buena cantidad de ácidos grasos omega-3 saludables, entonces la tilapia es, sin duda, un pez que debes evitar. Esto se debe a que contiene niveles inusualmente bajos de omega-3, pero contiene una gran cantidad de ácidos grasos omega-6 en su lugar. El Omega-6 es algo que ciertamente no deseas dentro de tu cuerpo, ya que se ha demostrado que aumenta tu lista de enfermedades del corazón y otras condiciones desagradables.
3. Atún de aleta amarilla
Un estudio reciente de Scripps Institution of Oceanography en la Universidad de California, San Diego encontró que el atún aleta amarilla capturado cerca de las áreas industrializadas cerca de Europa y América del Norte está lleno de contaminantes que pueden ser hasta 36 veces más concentrados que el atún capturado en más zonas rurales. Los contaminantes que se encuentran comúnmente en el atún aleta amarilla incluyen retardantes de llama, pesticidas y bifenilos policlorados (PCB).
4. Atún rojo
Si crees que el atún rojo es una mejor opción que el de aleta amarilla, ¡entonces querrás pensarlo de nuevo! El atún rojo del Atlántico es una especie en peligro de extinción, y el atún rojo del Pacífico también está amenazado de extinción. En su lugar, te recomendamos que optes por el atún blanco, que todavía es muy sabroso y mucho más sostenible.
5. Pez espada
Al igual que el atún, los peces grandes como el pez espada a menudo contienen altos niveles de mercurio. Esto se debe a que un pez espada es un depredador y, por lo tanto, pasa su vida consumiendo otros peces llenos de mercurio. Te recomendamos elegir peces más pequeños, como truchas, lenguado o sardinas, ya que estos tienden a tener niveles mucho más bajos de mercurio.
6. Pangasius (bagre vietnamita)
Según Berry, el pangasius es «un pescado blanco de bajo costo que comienza a aparecer en muchos menús en los restaurantes estadounidenses» y que «estos peces cultivados producen grandes volúmenes de desechos que contaminan las aguas locales y a menudo reciben muchos antibióticos». » Si realmente necesitas comer este pescado, te recomendamos que intentes obtener uno criado en el mercado interno, ya que tienden a estar menos contaminados que el bagre que se importó.
7. Salmón Atlántico
Los peces criados en granjas a menudo se encuentran en condiciones antihigiénicas y reciben un alimento procesado rico en grasas para que crezcan más. Según Shemek, «se les administran antibióticos para que resistan las infecciones que se propagan en sus abarrotados entornos junto con la adición de fungicidas y herbicidas». Además, «el salmón de piscifactoría contiene sustancias químicas tóxicas como el metilmercurio y las dioxinas». El salmón silvestre, por otro lado, es mucho mejor para ti.
8. Bacalao del Atlántico
Según Shemek, «el stock del bacalao del Atlántico está disminuyendo, y para preservarlo, queremos dejar de comprarlo para que se pueda reponer el suministro». Si te apetece un plato de bacalao, debes buscar el bacalao del Pacífico, particularmente el bacalao de Alaska, que es mucho más abundante.
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