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BRUTAL Y HOMICIDA EN AFRICA

VOX exige que España corte las ayudas en cooperación a países que persiguen a los cristianos

Se reaviva el debate sobre derechos humanos y política exterior

Mario Lima 21 Abr 2025 - 09:39 CET
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En las últimas horas, VOX ha elevado el tono en el Congreso exigiendo al Gobierno Sánchez que suspenda de forma inmediata cualquier ayuda oficial al desarrollo dirigida a aquellos países en los que se persiga a los cristianos.

La formación liderada por Santiago Abascal ha presentado esta reclamación argumentando que España no puede contribuir económicamente a regímenes o contextos donde se vulneran derechos fundamentales como la libertad religiosa.

Esta postura, aunque controvertida, conecta con una preocupación creciente en sectores sociales y políticos ante el aumento de la persecución religiosa global.

La iniciativa no surge en el vacío.

Según las estimaciones recientes de organizaciones como Puertas Abiertas y Ayuda a la Iglesia Necesitada, más de 380 millones de cristianos sufren distintos niveles de hostigamiento o violencia por su fe en todo el mundo, cifra que representa uno de cada siete cristianos a nivel global.

Los países señalados por la represión sistemática son variados y van desde regímenes comunistas hasta estados islámicos o naciones africanas marcadas por la inestabilidad política.

El mapa actual de la persecución religiosa

La realidad es cruda y está bien documentada.

Corea del Norte encabeza año tras año la lista mundial de persecución a cristianos: allí, practicar el cristianismo puede costar la vida o décadas en campos de trabajo forzado. Le siguen países como Somalia, Yemen, Libia y Sudán, donde grupos islamistas o conflictos armados han convertido la vida religiosa en un riesgo extremo. El informe anual LMP (Lista Mundial de la Persecución) señala también casos preocupantes en India, donde se ha registrado un aumento del 471% en los ataques a cristianos en solo una década, y en países como Nigeria, escenario de secuestros masivos y asesinatos por parte de grupos extremistas como Boko Haram.

En otras regiones, como Oriente Medio o África Subsahariana, las cifras son igualmente alarmantes. En Sudán se han cerrado más de 165 iglesias durante los últimos años, mientras que en Eritrea decenas de creyentes permanecen encarcelados bajo condiciones inhumanas. Pakistán utiliza leyes de blasfemia para perseguir judicialmente a minorías religiosas, con consecuencias tan graves como linchamientos o largas condenas de prisión.

Cooperación española: cifras y destino

España destina anualmente cientos de millones de euros a programas de cooperación internacional gestionados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y organizaciones multilaterales. Estas ayudas buscan combatir la pobreza, mejorar sistemas sanitarios y educativos o impulsar los derechos humanos. Sin embargo, una parte relevante llega a países donde existen serias dudas sobre el respeto a las libertades fundamentales.

La propuesta de VOX plantea revisar profundamente estos programas y condicionar cualquier ayuda al compromiso real con los derechos humanos—especialmente la libertad religiosa—por parte del país receptor. En palabras del portavoz parlamentario del partido: “No podemos financiar con dinero público regímenes que encarcelan, torturan o ejecutan a personas solo por ser cristianas”. El debate se traslada así al terreno diplomático: ¿hasta qué punto debe España condicionar su ayuda exterior? ¿Qué consecuencias tendría para los beneficiarios civiles?

Contexto histórico y cultural: raíces profundas del conflicto

La persecución religiosa no es un fenómeno nuevo. Desde los primeros siglos del cristianismo bajo el Imperio Romano hasta las actuales tensiones sectarias en Asia y África, el enfrentamiento entre creencias y poder político ha marcado buena parte de la historia global.

En Oriente Medio, cuna del cristianismo, las comunidades cristianas han pasado de ser mayoría a una minoría vulnerable tras siglos de conquistas islámicas y conflictos sectarios. En Asia Central o África Subsahariana, la llegada del colonialismo europeo alteró equilibrios religiosos históricos e introdujo nuevos focos de tensión entre comunidades tradicionales e iglesias misioneras occidentales.

Durante el siglo XX, regímenes comunistas como el soviético o el chino emprendieron campañas sistemáticas contra todas las religiones organizadas; un legado que persiste hoy en países como Corea del Norte o China continental. Por otro lado, el auge del islamismo radical desde finales del siglo XX ha intensificado la violencia contra minorías cristianas especialmente en regiones afectadas por guerra civil o colapso estatal (Libia, Somalia, Siria).

El contexto cultural también influye: en muchos países asiáticos—como India o Pakistán—el rechazo hacia los conversos al cristianismo suele estar vinculado a cuestiones identitarias profundas, agravadas por discursos nacionalistas que asocian esta fe con Occidente y con una supuesta amenaza cultural.

Reacciones políticas y sociales: apoyos y críticas

La iniciativa de VOX ha generado reacciones diversas tanto dentro como fuera del arco parlamentario. Mientras algunos partidos minoritarios han mostrado su apoyo parcial—reclamando criterios éticos claros para toda ayuda exterior—otros acusan a la formación conservadora de instrumentalizar políticamente un drama humano complejo.

Organizaciones humanitarias advierten además sobre posibles efectos colaterales si se corta abruptamente la cooperación: “Las víctimas directas serían las poblaciones más vulnerables”, señalan portavoces consultados. Argumentan que muchos proyectos sociales gestionados por ONGs españolas salvan vidas independientemente del contexto político local.

Por su parte, colectivos cristianos subrayan que visibilizar esta realidad es imprescindible para presionar internacionalmente por reformas legales y mayor protección; pero recuerdan que “la respuesta debe ser siempre ponderada y evitar castigar doblemente a quienes ya sufren persecución”.

Datos clave sobre los países más peligrosos para los cristianos

País Tipo principal de persecución Situación 2025 según ONGs
Corea del Norte Represión estatal totalitaria Ejecuciones públicas; campos forzados
Somalia Islamismo radical Pena de muerte para conversos
Yemen Guerra civil e islamismo radical Asesinatos selectivos
Libia Colapso estatal Violencia extrema; impunidad
Sudán Conflicto armado Cierre masivo de iglesias
Eritrea Dictadura Prisión arbitraria e incomunicación
Nigeria Extremismo islámico Secuestros; ataques masivos
Pakistán Leyes anti-blasfemia Persecución judicial; linchamientos
India Nacionalismo religioso Aumento exponencial de ataques

El futuro: ¿nuevas reglas para la solidaridad internacional?

El debate abierto por VOX pone sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿debe España priorizar criterios estrictamente humanitarios o condicionar su solidaridad al respeto efectivo de los derechos humanos? La respuesta no es sencilla y depende tanto del contexto geopolítico como del marco ético con el que cada sociedad evalúa su papel internacional.

En un mundo donde crecen las tensiones culturales y religiosas, encontrar el equilibrio entre defensa activa de valores universales—como la libertad religiosa—y apoyo práctico a quienes más lo necesitan será uno de los grandes retos políticos para España y Europa en los próximos años.

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