Periodistadigital América Home
3 segundos 3 segundos
Coronavirus Coronavirus La segunda dosis La segunda dosis Noticias Blogs Videos Temas Personajes Organismos Lugares Autores hemeroteca Enlaces Medios Más servicios Aviso legal Política de Privacidad Política de cookies
-

La elección del nombre papal, entre historia, superstición y curiosidades

¿Por qué los papas cambian de nombre? El significado detrás de una tradición milenaria y las apuestas sobre el próximo pontífice

El cambio de nombre al asumir el papado es un gesto cargado de historia y simbolismo que refleja la visión del nuevo líder de la Iglesia católica

Periodista Digital 05 May 2025 - 22:00 CET
Archivado en:

Más información

El enigmático mensaje que Miguel Ángel escondió en la Capilla Sixtina

Los 10 grandes secretos de la Capilla Sixtina donde se celebra el Cónclave para elegir Papa

Cuando un cardenal es elegido Papa, uno de sus primeros actos públicos es anunciar el nombre con el que será conocido en adelante. Este gesto, lejos de ser un mero formalismo, está cargado de significado. El nuevo nombre simboliza el inicio de una etapa, la asunción de una misión especial y la voluntad del pontífice de honrar ciertas figuras o ideales dentro de la Iglesia católica. Así, el habemus papam no solo revela quién ocupará el trono de Pedro, sino también qué legado o aspiración desea resaltar el sucesor.

El origen bíblico del cambio de nombre es claro: en el Antiguo Testamento, Dios renombra a Abram como Abraham para subrayar su nueva misión, mientras que en el Nuevo Testamento Jesús cambia el nombre de Simón por Pedro, fundando así la tradición sobre la que se sostiene la Iglesia católica. Este acto remarca un antes y un después en la vida del elegido.

Una costumbre con historia… y con excepciones

Aunque hoy cambiarse de nombre es obligatorio en la práctica, no siempre fue así. Durante los primeros siglos del cristianismo, los papas conservaban su nombre bautismal (en latín). Todo cambió en el año 532 cuando Mercurio, por considerar inapropiado portar el nombre de un dios pagano como líder cristiano, adoptó el nombre de Juan II. A partir de ese momento, la tradición fue consolidándose hasta convertirse en una norma no escrita.

Desde entonces, cada Papa escoge su nombre libremente. No existe ninguna regla oficial que limite su elección: pueden inspirarse en santos, papas anteriores a quienes admiran o incluso reflejar una visión concreta para su pontificado. Por ejemplo:

Curiosidades y datos locos sobre los nombres papales

El futuro del papado: ¿hacia dónde apuntan las apuestas?

El inminente cónclave ha disparado las quinielas sobre quién será el próximo Papa… y cuál será su posible nombre. La elección no solo reflejará cuestiones personales o espirituales; también será interpretada como una señal política sobre la continuidad o ruptura con las reformas impulsadas por Francisco.

Entre los cardenales hay división: algunos desean continuar la línea reformista actual —más inclusiva y centrada en temas sociales—; otros buscan un giro hacia posturas más conservadoras. El nuevo nombre será una pista clave: si escoge “Francisco II”, podría verse como voluntad de seguir sus pasos; si recupera nombres tradicionales como “Juan Pablo” o “Benedicto”, muchos leerán deseos de restaurar enfoques previos.

Las casas de apuestas y analistas religiosos barajan posibilidades como:

Lo cierto es que nunca ha habido reglas fijas ni vaticinios infalibles sobre esta decisión. Detrás del nuevo nombre estará siempre la personalidad del elegido… y las expectativas depositadas por millones de fieles alrededor del mundo.

Un gesto sencillo… pero cargado de significado

En resumen:

Así pues, mientras todo el mundo espera humo blanco desde Roma, solo queda especular: ¿cómo se llamará el próximo Papa? ¿Continuidad, ruptura… o sorpresa?

Más en Cultura

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

CONTRIBUYE

Mobile Version Powered by