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TRADICIÓN Y LOCURAS EN PAMPLONA

El sexto encierro de San Fermín 2025: 2 minutos y 42 segundos de encierro de los José Escolar con muchísimo peligro en la plaza de toros

El ritual antes del encierro: fe, nervios y superstición

Periodista Digital 12 Jul 2025 - 08:29 CET
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Morante rompe moldes en Pamplona: su primera Puerta Grande y la revolución en Sanfermín

Finaliza el sexto encierro de San Fermín 2025.

Y el balance, muy resumido: 2 minutos y 42 segundos de encierro de los José Escolar con muchísimo peligro en la plaza de toros.

A las ocho en punto de la mañana del 12 de julio, el corazón de Pamplona vuelve a latir al ritmo frenético del sexto encierro de los Sanfermines 2025.

l ritual, repetido cada año pero siempre impredecible, reúne a locales y forasteros vestidos de blanco impoluto y pañuelo rojo al cuello.

La ciudad, multiplicada en población y expectación, se convierte en escenario de una carrera que dura apenas minutos pero deja huella para siempre.

El recorrido, de 875 metros exactos, lleva a los valientes desde los corrales de Santo Domingo hasta la Plaza Mayor.

Seis toros bravos y sus cabestros abren paso entre una marea humana que busca sentir el pulso ancestral del peligro.

Pero este espectáculo no es solo una tradición taurina: es una experiencia social, cultural y sensorial que define el verano español ante la mirada del mundo.

El ritual antes del encierro: fe, nervios y superstición

Antes de cada encierro, los corredores se agrupan frente a la hornacina de San Fermín en la cuesta de Santo Domingo.

Allí entonan tres veces la plegaria A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición. Este cántico, con décadas de historia, resume la mezcla única de devoción y adrenalina que envuelve a los sanfermines.

Un detalle curioso: aunque toda la ciudad rinde homenaje a San Fermín, él no es oficialmente el patrón de Pamplona.

Ese título lo ostenta San Saturnino. Sin embargo, el santo mártir —hijo de un senador romano y primer obispo según la tradición— se ha ganado el corazón popular gracias a su leyenda y al trasvase medieval de sus reliquias desde Amiens.

Blancos y rojos: el código visual más reconocible

La imagen más icónica del encierro es ese mar humano vestido con camisa y pantalón blancos, pañuelo rojo al cuello… y un periódico enrollado en la mano. ¿Por qué este atuendo? El blanco simboliza la pureza y el rojo recuerda el martirio del santo. El periódico sirve para llamar la atención del toro o protegerse mínimamente si se tuerce la carrera.

Cada año, miles imitan esta vestimenta sin saber que la costumbre se popularizó en el siglo XX gracias a las peñas locales. Hoy es parte innegociable del folclore visual sanferminero.

El fenómeno global: turistas e influencias inesperadas

La internacionalización moderna del encierro tiene mucho que ver con un nombre propio: Ernest Hemingway. El novelista estadounidense quedó fascinado por los sanfermines e inmortalizó su atmósfera en Fiesta (The Sun Also Rises). Desde entonces, viajeros llegados desde los cinco continentes se suman cada julio a esta cita con lo extremo.

De hecho:

Curiosidades locas e historias insólitas

Los sanfermines están repletos de anécdotas difíciles de creer:

De lo religioso a lo profano: evolución histórica

Aunque hoy predomina el ambiente festivo y secular, los orígenes del encierro mezclan ferias comerciales medievales, celebraciones religiosas y prácticas ganaderas —como conducir reses bravas por las calles— que acabaron fusionándose hasta tomar su forma actual.

La devoción a San Fermín se consolidó tras la llegada en 1186 de una reliquia ósea desde Francia. Desde entonces, Pamplona celebra una cita que ha sobrevivido siglos reinventándose sin perder esencia ni emoción.

Preguntas frecuentes sobre el encierro

Un espectáculo único… con riesgos reales

Participar en un encierro exige nervios templados y respeto por unas normas no escritas. Los toros bravos pueden alcanzar velocidades superiores a 20 km/h; las caídas son frecuentes; el peligro real forma parte del atractivo.

Aun así, la mayoría repite o sueña con hacerlo alguna vez en su vida. Porque hay pocas experiencias comparables a escuchar el cohete que marca el inicio y sentir cómo ruge Pamplona bajo tus pies.

El sexto encierro de San Fermín 2025 ha vuelto a demostrarlo: tradición, locura colectiva y un puñado de historias imposibles son el alma viva —y siempre sorprendente— de esta fiesta irrepetible.

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