La decisión de instalar una mezquita en el interior de la conocida como catedral de Justo ha desatado una oleada de indignación entre los vecinos de Mejorada del Campo. El emblemático monumento, construido durante décadas por el albañil Justo Gallego con materiales reciclados, se ha convertido en el centro de una polémica religiosa que divide opiniones en este municipio del sureste de Madrid.
La transformación del espacio comenzó tras el fallecimiento de Justo Gallego en noviembre de 2021, cuando el constructor de 96 años legó su obra inacabada a Mensajeros de la Paz, la fundación dirigida por el padre Ángel. Lo que en origen fue concebido como un baptisterio católico se ha dividido ahora por la mitad: una parte funciona como mezquita donde los musulmanes locales pueden realizar sus oraciones, mientras que la otra mitad mantiene su carácter cristiano.
La historia de esta peculiar construcción se remonta a los años sesenta, cuando Justo Gallego decidió levantar su particular homenaje a la Virgen del Pilar tras recuperarse milagrosamente de una tuberculosis. Sin licencias ni planos oficiales, el albañil comenzó a erigir lo que soñaba sería algún día una catedral católica consagrada, utilizando exclusivamente materiales de desecho y donaciones.
Durante más de cinco décadas, Gallego trabajó incansablemente en su proyecto, que alcanzó fama internacional tras aparecer en un anuncio de Aquarius en 2005. La construcción, que nunca llegó a ser consagrada oficialmente ni forma parte de la Diócesis de Alcalá de Henares, se convirtió en un símbolo de perseverancia y fe para miles de visitantes.
A la entrada del recinto todavía se mantienen las dos columnas coronadas por la Virgen del Pilar y el Apóstol Santiago, los únicos elementos bendecidos de toda la edificación. Sin embargo, el interior ha experimentado cambios significativos bajo la gestión de Mensajeros de la Paz.
El espacio multiconfesional que genera polémica
La transformación más controvertida ha sido la habilitación de una mezquita en lo que originalmente se diseñó como baptisterio. Un cartel en la entrada solicita a los visitantes que se descalcen antes de entrar, siguiendo las tradiciones islámicas. El espacio cuenta con una gran fotografía de una madrasa, ejemplares del Corán y una llamativa decoración que incluye una mariposa pintada en el techo.
Esta conversión del espacio en lo que la ONG define como un «lugar multiconfesional» ha generado un profundo malestar entre los residentes locales. Muchos vecinos consideran que esta decisión traiciona la voluntad original de Justo Gallego, quien concibió específicamente su obra como un templo católico.
El padre Ángel, conocido por su participación en eventos políticos y sociales, ha defendido la iniciativa como un «encuentro de distintas religiones». Sin embargo, esta justificación no ha logrado calmar los ánimos de quienes ven en la mezquita una desvirtuación del legado de Gallego.
Curiosidades y datos sorprendentes
La catedral de Justo atesora numerosas peculiaridades que la convierten en un caso único en el panorama arquitectónico español. Gallego utilizó materiales tan dispares como bidones de gasolina para las columnas, neumáticos usados para los cimientos y ladrillos de derribo para los muros. Incluso incorporó elementos como latas de Cola Cao y botellas de plástico en la decoración.
Una de las anécdotas más curiosas es que Gallego nunca tuvo formación arquitectónica formal. Se inspiró en revistas de arte y fotografías de catedrales famosas, especialmente la Basílica de San Pedro del Vaticano y la Catedral de Colonia. Su método de trabajo era completamente intuitivo, modificando el diseño sobre la marcha según le dictaba su inspiración.
El proyecto alcanzó tal notoriedad que recibió visitas de personalidades internacionales y se convirtió en escenario de documentales y reportajes. La construcción mide aproximadamente 8.000 metros cuadrados y cuenta con una cúpula de 40 metros de altura, dimensiones que rivalizan con algunas catedrales oficiales.
Actualmente, además de la mezquita, el complejo alberga también una sinagoga y una capilla dedicada a la Virgen de Covadonga, completando así su carácter multiconfesional. Esta diversidad religiosa bajo un mismo techo constituye un experimento social sin precedentes en el panorama religioso español, aunque su aceptación entre la comunidad local siga siendo motivo de intenso debate.
La polémica en Mejorada del Campo refleja las tensiones contemporáneas entre tradición y apertura, entre la preservación de la herencia cultural y la integración de la diversidad religiosa en una sociedad cada vez más plural.
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